Los reyes tienen mucho tiempo libre.
Incluso cuando están por morirse.
Uno (del que ya no recuerdo otra cosa), en su última carta escribió: “la vanidad fue el primer pecado que abracé y es el último que me abandona“.
Para muchos de nosotros la vanidad fue principalmente un pecado en las clases de teología en la adolescencia.
Ya no creo en los pecados y aunque ahora tengamos explicaciones lingüísticas o sociales, digo que la vanidad es uno de los males/bienes mas extendidos por el planeta.
Para Friedrich Nietzsche la vanidad era la ciega propensión a considerarse como individuo sin serlo, pero quizás se haya quedado corto.
Del otro lado del mundo, cuando el antropólogo Marvin Harris describió la vida en las islas Salomón encontró que los “mumis” o “cabecillas”de la cultura siuai, en determinadas condiciones, aumentaban la producción del colectivo para redistribuirla luego a su provecho en grandes festines hipnóticos.
Hace ya unos años está mi perfil dando vueltas por Facebook y Twitter, regalando ideitas y enlaces por acá y por allá. Seguramente vos haces lo mismo.
Tenemos tiempo libre. Mucho. Dios no me permita encontrar algún parecido entre aquel rey del que sigo sin recordar el nombre y mi vida cotidiana, ni inducirte a buscarlo en la tuya.