Una de las dificultades que tuvieron que resolver las primeras fábricas europeas fue conseguir que los trabajadores estuviera dispuestos a trasladarse hasta lugares de trabajo que no estuvieran cerca de sus casas.
Antes de la aparición de las ciudades fabriles se desconfiaba de un taller adonde hubiera que llegar a caballo y no a pie.
Ahora tenemos otras cosas de las cuales desconfiar, o no. Se trata de dispositivos que se van volviendo invisibles pero que producen cambios significativos en el sistema de creencias, comportamientos y sentimientos de los humanos en los lugares de trabajo.
Por ejemplo Humanyze: se trata de una empresa que vende informes que describen que hacen los empleados durante el día, utilizando tecnología de captura automática de datos, análisis de redes sociales y BigData.
El procedimiento es relativamente simple. Humanyze proporciona sociómetros a los trabajadores para que los lleven colgados del cuello durante las horas de trabajo. Esos equipos registran toda su actividad, desde que dicen, a quien se lo dicen y como lo dicen, hasta cuales son sus posiciones dentro del espacio de trabajo cada vez que hacen algo.
Luego Humanyze reúne los datos sobre esas actividades en un panel de control y con esa masa de datos, utilizando la plataforma de procesamiento WYSE, prepara informes sobre el grado de innovación, colaboración, productividad y comunicación de cada individuo controlado y también de su red personal, así como su optimismo, confianza y disposición al trabajo en cada situación.
Con esa información la empresa contratante puede tomar decisiones tales como rediseñar los espacio, cambiar roles, detectar puntos de solapamiento, despedir o iluminar algun sector, todas resoluciones que el mismo trabajador debe considerar antes de cada comportamiento. Es decir se debe mover pensando que va a calcular el software sobre sus movimientos.
Toda esta metodología para la medición automática del comportamiento organizacional se inscribe en un proceso global de rediseño de los entornos laborales, que requiere de un tipo muy particular de ser humano, capaz de trabajar en estas condiciones informacionales.
La competencia con los robots la estamos perdiendo los humanos: hoy el 47% de todos los puestos de trabajo en los USA son susceptibles de ser sustituidos por sistemas automatizados.
Los trabajadores para sobrevivir deben ser capaces de establecer un pacto conversacional con esos dispositivos y ser capaces de moverse en situaciones efímeras de las cuales extraer objetivos y relaciones a corto plazo, y controlarse a sí mismos pasando de una tarea a otra, y aun de un empleo a otro y de un lugar de trabajo a otro, atravesando sistemas generales de control cada vez mas invisibles y densos.
El trabajador exitoso en estos entornos maquínicos, supeditados al deep learning, debe continuamente desarrollar nuevas habilidades a medida que lo que se le demanda va cambiando; y paradójicamente lo tiene que hacer sabiendo que muchas de las habilidades laborales adquiridas serán son de corto plazo y que los trabajos necesitan reciclarse de acuerdo a lo que los algoritmos van recalculando a partir de sus inputs. Lo que vemos es que los mismos trabajadores se sobreadaptan mas rápido que las mismas organizaciones a los entornos algorítmicos y me pregunto si debería ser así.
Este proceso de desprendimiento continuo de lo ya ocurrido y la consecuente disponibilidad para comenzar con otra actividad diferente y novedosa es el núcleo de toda esta nueva configuración social y aquello de lo que, a mi humano entender, habría que desconfiar.
Pienso que no hay apuro para tirar toda la historia personal por la ventana y que se debería considerar modos infoecológicos mas saludables de integración del trabajo a los nuevos entorno informacionales, porque son estos trabajadores los que, despedidos una y otra vez, recontratados una y otra vez, van a recurrir luego a manipuladores como los coachings, tomarán sesiones de reiki, utilizarán modafinilo indiscriminadamente o realizarán viajes a países exóticos vanamente, muchas veces sin comprender que lo que están dejando atrás es su historia, algo que realmente les agrega valor, aun hoy en día.
Socialismo creativo XIII | LuKasnet Blog
[…] Un taller, si, pero con los recursos disponibles en el siglo. Impresoras 3 D, diseños compartidos a distancia, software colaborativo, edición genética, inteligencia artificial, especialización y sobre todo la capacidad de conectar, de establecer pautas de link. […]