Tibio, híbrido, para picotear
Virtud, divino tesoro
Hablar de algo antes que exista o cuando ya es algo residual es bien complicado. Entonces poco podemos decir de una sociedad basada en algoritmos computacionales o de otra basada en la esclavitud.
Por ejemplo Esteban Echeverría hablaba de socialismo en Argentina antes que existiera el socialismo científico y antes de que la misma Argentina también existiera.
Navajas
Pienso en por qué están estas paredes acá, alrededor del duchador. Y me respondo muchas cosas, pero la más importante es que los albañiles las hicieron.
Pienso por qué estuve leyendo ese libro de viajes de ese inglés de ese siglo XIX. Y me respondo que lo estuve leyendo porque en la imprenta crearon ese libro.
Pienso por qué no tenemos un tren digno entre las tres ciudades más importantes del país y me respondo que alguien no estaba ahí para hacerlo andar.
La comunidad dispersa
Replicadores residuales (II)
Hay unos objetos residuales en la ciudad de Deir el-Medina. La ciudad que escarbaron los arqueólogos en la arena seca del desierto egipcio.
Pedazos de piedra caliza donde los que podían escribían sus cotidianidades, tales como cantidades de grano, ganado, harina o vino que les debían, recriminaciones de esposas a sus maridos, parodias de las habituales escenas de las élites y hasta fórmulas matemáticas, gráficos de cirugías o planos de tumbas. Ahora esas mismas cosas se escriben en las pantallas de los celulares.
Replicadores residuales (I)
El pancracio era el arte marcial de los espartanos. Patadas, tomas, llaves, golpes martillo y todo lo que supimos ver retratado en Titanes en el Ring. En las prácticas estaba prohibido sacar los ojos, comportamiento que se reservaba a las guerras.
Tan violentas eran estas prácticas que a los espartanos no se los dejaba participar en las olimpíadas porque eran demasiado peligrosos.
En el año 480 antes de Cristo Persia atacó Grecia con medio millón de soldados: 300 espartanos que se habían entrenado desde los 7 años jugando al pancracio junto a unos 7000 soldados de otras ciudades griegas que se les habían unido los detuvieron en las Termópilas por una semana, poco tiempo para una guerra pero suficiente como para que surgiera el mundo occidental.
¿Que cambio?
Una investigación encontró que el 94% de los profesores universitarios cree que su trabajo es superior a la media, lo que es estadísticamente imposible, al menos para las estadísticas ortodoxas.
Si realmente es así sería interesante saber la causa: ¿se trata de un cara-durismo fenomenal, del famoso autismo social de las universidades o de que las personas, universitarias o no, son incapaces de pensar sobre lo que hacen?
Muñecos malditos y no tanto (II)
Como decía en otro post, los muñecos como Bibendum o Chirolita tienen ese horrible encanto de dejarnos dudando sobre si están vivos o no.
Visto desde otro lugar nos llevan a la pregunta ocultada por esa primera duda: nosotros mismos: ¿estamos vivos o no?
Porque muchos pueden pensar que estar vivo es tener cierta agencia, o autonomía, o sujeción al lenguaje o lo que se quiera, pero lo que si sabemos es que la vida tambien tiene una condición de muerte suspendida, de muerte provisoria, de muerte en camino. Estar vivo es un proceso perdido contra la muerte.
Muñecos malditos y no tanto (I)
En su novela de 2003 Reconocimiento de Patrones, William Gibson creó una treiteañera llamada Cayce Pollard que padecía una enfermedad bien extraña: sufría alergia a las marcas.
Incluso los logotipos en la ropa eran suficientes para que desarrollara un ardiente rush cutáneo, aunque sus peores reacciones eran provocadas por la mascota de Michelin, Bibendum.
Para alimentar más la paranoia se dice que el primer Bibendium estaba ahí, en un rincón oscuro de un taller de pueblo frances, cuando un mecánico logró reconocerlo en una pila de neumáticos, aunque posiblemente ese sea un mito más. [Read more…]
Proximidad lejana
Si tengo alguna experiencia vital es la de usar los transportes públicos. En trenes, colectivos o subtes he pasado el 10 % de mi vida en Buenos Aires. Unos 4 años netos, descontados mis años en Tierra del Fuego, en otros viajes y de vacaciones.
Entonces el tema de estar cerca, estar próximo, cuando no apelmazado con otras personas desconocidas es algo que he tenido en la cabeza todos estos años, mientras estaba transportándome apretado como una sardina.
Si bien el par proximidad/lejanía es de algún modo ancestral, la palabra que aclara mucho el asunto es proxemia, un vocablo recién fue inventado en 1963 por el antropólogo estadounidense Edwuard T. Hall al investigar los efectos de la proximidad entre humanos.