El futuro incierto del trabajador argentino
El Renacimiento occidental tuvo, en la invención de las “expectativas” y de la noción misma de futuro, su mejor carta. Hasta entonces prácticamente no existía mucho mas “futuro” que unos meses por delante, ni mucho más riesgo del que, cumplido o no, tarde o temprano pasaría a formar parte de los recuerdos de las próximas generaciones.
Revoluciones industriales y expansiones territoriales mediante, las sociedades europeas y sus satélites se fueron tomado 500 años para recolectar objetos, historias y grandes esperanzas que garantizaran medianamente que, viviendo con ciertos principios éticos, al menos una parte del porvenir les pertenecería: el trabajador argentino fue un heredero más de esa tradición.







Hoy en día deberías pensar desde las intersecciones, no desde esa ciencia particular que aprendiste en la facultad.
Nací después de 1964 y antes de 1970, por lo que deberían ubicarme en la columna «generación bisagra».