El film También somos seres humanos de 1945 (que originalmente se llamó Story of G.I. Joe) fue posiblemente la única ficción realista que mostraba la II Guerra Mundial tal como sucedía, tal como la vivían los soldados.
Por alguna razón no fue censurada: algunos generales pensaban que podría haber afectado el comportamiento de los soldados que tenían por delante el fin de la contienda, cosa que finalmente no ocurrió.
La historia trata las vicisitudes del corresponsal de guerra Ernie Pyle, que se une a la Compañía C del ejército estadounidense en su camino a través del norte de África. Así llega a conocer a los soldados, recolectando material para sus lectores de vuelta en los Estados Unidos, retratando la capacidad humana para sobrevivir a los terrores del combate.
Algo parecido puede hacer cualquiera de nosotros si se pone a describir lo que el autodenominado peronismo, como ejército de ocupación en Argentina durante los últimos 25 años, nos vienen dejando antes de partir. Muchas veces, discutiendo con mis amigos peronistas, llegamos a la misma conclusión: lo que yo propongo está bien, pero es imposible porque el país está arrodillado ante USA y es muy poco lo que podemos decidir desde acá.
El tema es de una solución aun abierta, especialmente ahora que los americanos se retiran del margen Atlántico de Sudamérica hacia el bloque del Pacífico. Como Pyle, podemos mostrar sin autocensura, sin caer en imitar esas distorsiones rentadas que vemos en los oligopolios gobernamental y comercial, la guerra civil de baja intensidad y la vulnerabilidad en la que estamos metidos.
Yo creo que cualquiera puede hacerlo. Por ejemplo, si uno se pone a hacer algunos llamados telefónicos y revolver un poco en Google, uno de los problemas que nos atraviesa luego de estos 25 años es el uso descontrolado de agrotóxicos como describí hace unos meses en INFOSUR.
Se puede ver en la intervención “Mala sangre” el nivel de exposición a agrotoxicos a los que nos dejaron expuestos, provocando cáncer, abortos tempranos, parkinson y otras enfermedades que llegado el momento los afectados no tendrán a quien reclamar, porque los actores responsables posiblemente serán nonagenarios.
Las avionetas pulverizadoras no registradas, la falta general de controles, el desconocimiento activo de la gravedad de estos asuntos por parte de los diferentes estamentos gubernamentales es imperdonable, aun cuando las Actas de SENASA le han avisado largamente a los ejecutivos del problema, de la residualidad de agrotóxicos y el envenenamiento demostrado.
Es un ejemplo mas del #fayismo de estos años: cuestiones como soberanía alimentaria, la deuda ecológica, la ausencia de políticas arancelarias chocan una y otra vez con el poder de empresas como Monsanto o Bayer, capaces de controlar a los distintos representantes del ejército peronista de ocupación.
La salida exigirá entender que pasó y como salir hacia la posguerra. Otro film, Los mejores años de nuestra vida (The Best Years of Our Lives), una de las películas vigiladas por el alcohólico senador Joseph McCarthy por considerarla de contenido subversivo, retrataba la adaptación a la paz luego de la guerra.
Lo que sucedió en Argentina luego de la batalla de Caseros y el fin del período rosista puede ser aleccionador tambien, aunque algunas de las enseñanzas que devinieron en la fundación de la argentina moderna (Mitre, Avellaneda, Sarmiento) aun hoy siguen siendo dolorosas.
El alejamiento yanqui nos da la posibilidad de liberarnos del sus representantes internos y comenzar la reconstrucción, pero quizás sea el momento de empezar a pensar como podemos transitar el fin de la guerra kirchnerista.
El guatemalteco | LuKasnet Blog
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