Hay algo paradójico con los nuevos medios digitales y sobretodo con los smartphones, sean blackberries o iphones.
Y es que a pesar de que la in-diferenciación se suele asociar con las telecomunicaciones globalizadas, porque todo es subsumido en el embudo de la Web y los celulares, por otro lado el copyrigth, las patentes, las pass y sus regímenes de exclusión correspondientes siguen reforzando la dependencia geográfica de sus determinaciones.
Es decir somos incluidos y excluidos en un mismo movimiento, somos conectados para ser desconectados, somos arrastrados para ser soltados.
Celular en mano los transeúntes circulan y preguntan adonde, cuando. Las madres, los tios, los oficiales, los dueños apuntan y apretan y que dios los ayude.
Van en trenes, en aviones, en tanques, van apretados, libres, van sentados, resignados, alegres pero el indice apunta y se clava, una y otra vez, marcando un trayecto, dejando una estela.
Se nos da acceso, pero tenemos que tener la clave. En ese sentido alcanza con ver el surgimiento de barrios cerrados y otras estrategias de división territorial para saber que estamos hablando de algo bien certero.
Por un lado todos nos obstaculiza: artefactos de visualización ubicuos, el corte de calles y rutas, el poder del sindicato de camioneros, los otros, los embotellamientos diarios pero por otro lado tenemos que flotar en decenas de emails, mensajes de textos y llamadas que nos hacen ir de acá para allá.
Hablar de circulaciones y barreras es tocar una de las cuerdas claves de nuestra cultura basada en la comunicación y en ese sentido “vivir” es cada vez mas desplazarse para “ocupar” activamente alguna posición en los sistemas de habilitacion/deshabilitacion social.
Las corrientes hegemónicas y sus microfísicas de resistencia son como las mareas que trasladan, que hacen fluir. Ya lo saben los nadadores: no se puede ir contra la corriente, ni contra la Luna.
Los sindicatos disputan con los trabajadores de las tercerizadas, pero unos y otros saben que tienen que cortar el tráfico de trenes.
Volviendo a los celulares inteligentes ellos también se mueven, van y vienen, saprófitos o no de sus propietarios, trabajando en el lento bordeo de las vidas, haciendo puntos de sutura entre redes que se van desgajando, localizando y soltando.
Tejiendo conexiones, enlazando vecinos, haciendo el clustering.