Hoy hablaremos de redes y lugares.
Cuando hablamos de lugar es indispensable recurrir a la etimología: se trata de un estar quieto, es un “lugar común” (del griego τόπος, “lugar”, de tópos koinós, “lugar común”; plural, topoi, y en latín locus, de locus communis) , es decir donde los vecinos de la polis griega podían argumentar y contra-argumentar.
El lugar, el espacio donde se vive requiere de la invención de la agricultura, lo que permite la acumulación y la emergencia de organizaciones reguladoras de la conviviencia. Muchas de esas creaciones del neolítico todavía nos acompañan: comida con cereales, vida en grupos familiares, habitaciones, superficies lisas, ladrillos.
La lógica de la locución compartida, del lugar común discursivo se expresaba por medio de espacios diseñados a tal fin va a empezar con los griegos: el ágora y el foro, las formas de la plaza pública.
Las sociologias del lugar
Lo que nos interesa acá es cómo fueron evolucionando los lugares desde la invención de la agricultura, que lo podemos ver como un proceso de busca de un optimo entre lo singular y lo colectivo, desde las sedentarización multipuntual (Corea, Turquía) que comenzó hace 25 mil ños.
El pasaje hacia la agricultura implica excedentes, tiempo, complejidad social, elites administradoras, sedentarismo, simbolización, narraciones encorstadoras.
En Catalhoyuk hace 7000 AC y hasta la edad de bronce, se usan las hachas de cacería para trabajar la madera y construir casas sin puertas, sin ventanas, sin habitaciones. La ciudad es un sistema de terrazas. Nuestra sociedad aún está modelada por las rutinas neolíticas (cereales, ganado, templos, aldeizacion, nucleo familiar).
Émile Durkheim entendía que el espacio era ante todo una categoría del entender común: de no existir ese acuerdo acerca de su significado sería imposible vivir en sociedad (2006).
Durkheim creía que lo espacial de las sociedades humanas era el principio causal de las formas sociales que reconocía en los hechos sociales.
Vidal de la Blache, que desde la geografía le disputaba el mismo objeto científico en la misma época, concibió que la comunidad social era producto de sus sucesivas adaptaciones que las sociedades hacían respecto al espacio que le ofrecía la naturaleza, lo que explicaba de un modo eficiente lo humano entendido como fenómeno espacial (Chávez Torres, González Santana y Ventura Patiño, 2009).
Mirando el lugar
Sucintamente vamos apartarnos del curso principal del taller y vamos a dejar anotados los principales modos de comprensión de lo espacial-social. En el párrafo en amarillo pueden retomar el hilo.
Algunos autores desarrollaron el concepto a partir de la idea de una totalidad. Para Platón (Amouretti y Ruzé, 2003), el espacio (khôra) consta del lugar ahí donde la polis no es ciudad. El lugar es un sistema archipiélagos localizados. Para Leibniz (Deleuze, 1989) existe un orden de coexistencia entre el espacio y el tiempo y para Hegel es el tiempo en espacios topogenéticos el que da existencia al lugar (Muntañola, 1974). Para Valéry el lugar es una “magnitud completa” (2004), el lugar es una una composición, una creencia.
Otros autores se enfocaron en los límites del concepto lugar, bordes que podrían producir un equilibrio interno a la noción. Así para Aristóteles existe el lugar natural (Lang, 1998), ahí donde lo pesado baja, opuesto al vacío del horror. Leroi-Gourham propone un lugar radiante y otro itinerante: el primero es inherente a los animales terrestres y propioceptivos y el segundo lo es a las aves, basado en lo visual (Leroi-Gourhan, 1968)
Un tercer grupo de autores que trabajaron el concepto lugar lo vincularon con la existencia humana y el Sentido. Para Heidegger la existencia es espacial (2007). Otros autores han navegado la misma metáfora: para Fernández Alba el Lugar es donde se hace realidad el poema arquitectónico (1989), para Didi-Huberman es lo que nos habita y nos incorpora al mismo tiempo a los otros (2009).
El arquitecto Bruno Zevi (2008) propuso que el lugar es un vocabulario tridimensional interpretable. Y para el también arquitecto Félix de Azúa, el lugar es el espacio habitable del presente y de la memoria (2004). Norberg-Schulz recupera la idea de Genius loci, un concepto Romano: cada ser tiene su Genius, algo así como un espíritu guardián que da vida a las personas pero también a los lugares, determinando su carácter. Entonces vivir y sobrevivir implica una buena relación con el lugar, tanto en forma física como psicológica (Norberg-Schulz, 1975). Para Le Corbusier el lugar tiene que conmover, emocionar, debe portar algún tipo de indecible (2016), y en una línea próxima, para Sigfried Giedion (1980) el arquitecto debe tener como horizonte la escultura, ahí es donde se produce lugar.
Otros autores han problematizado al lugar como una dinámica entre el reposo y el movimiento. Para René Descartes la res extensa es el lugar donde los cuerpos adquieren su espacio (1983), es decir hay una inversión del lugar al espacio, ya que todo comienza en lo humano. Jean Duvignaud (1966) ve en los lugares los depósitos de nuestras vidas, así, la ciudad, cerrada dentro de sus paredes, es un teatro donde la imaginación se convierte en habla. Peter Zumthor (2009 sigue esa línea: el lugar como un trasfondo de la vida, un receptáculo, zona sensible para el ritmo de los pasos en el suelo, para la concentración del trabajo, para el sosiego del sueño.
En definitiva el lugar representa al ser humano en el espacio. En él se simboliza, se construye y se destruye. Se habita en medio de contrastes, divergencias y convergencias, que hacen de la cotidianidad del hombre un fluir con el espacio; por tanto, habitar el lugar es ser en el mundo.
Lugares elevados en el aire
Según Scott Lash (2005) el espacio genérico en un tiempo tecnológico post-causal que conduce a la indeterminación, la contingencia radical y a la inseguridad crónica, de ahí lo exitoso de las empresas dedicadas a vender certidumbre futura, como las compañías de seguro o la medicina privada. Sin embargo debemos poner atención en esta generalización ya que estos espacios estriados, desarraigados, aéreos, diseñados no flotan hacia una pura neutralidad, por el contrario son recolonizados por las marcas de productos y servicios. A estos espacios se los vive mediante el loggeo, es decir la inclusión de un usuario y una clave que se distribuyen diferencialmente entre los incluidos y los excluidos, entre los endeudables y los incapaces de hacerlo.
Para Scott Lash la Internet misma es un espacio genérico. No es un espacio singular. El laboratorio que producía artículos académicos es hoy un tipo especial de espacio que produce con igual frecuencia prototipos, patentes y derechos de autor.
Los espacios de Lash también descartan las tecnologías sociales propias de las racionalidades liberales o welfaristas del Estado de Bienestar (vigilancia, familia-tipo, el modelo de ciudad-convento, las modalidades de solidaridad garantizadas por el Estado, el encierro panóptico). Las nuevas formas de vínculo social-comunicativo dependen de soportes tecnológicos y de comunidades (telespectadores, redes sociales como Instagram y Snapchat, clientes, o foristas de cualquier interés).
Estas formas asociativo-comunicativas se originan en ámbitos diversos y de membresía formalmente voluntaria, con objetivos y composición cambiante donde los usuarios son convocadas al desarrollo de la habilidad para desempeñar muy distintas actividades en un mismo entorno.
En las formas tecnológicas de vida propuestas por Lash los sistemas como el cuerpo, y espacialmente el cuerpo social mismo, se convierten en constelaciones más o menos abiertas a las intervenciones mediadas por algoritmos digitales.
Los cuerpos sociales sólo pueden hacer interfaz entre sí si tienen cierto grado de apertura tal como vislumbraron Deleuze y Guattari (1987), sus particiones a menudo se externalizan a distancia. Esto también es válido para las instituciones de los Estados-naciones. Al abrirse, externalizan sus ciudades y se entregan a los flujos de información y comunicación.
Redes de lugares
Volviendo a nuestro recorrido principal podemos ver la ciudad griega, la ciudad de la edad de bronce con su muralla, su templo, sus puertas, sus ventanas. Ahora se han habilitado vías de relacionamiento entre las unidades habitacionales. La avenida ancha, la que da al Agora, y las calles secundarias que se van hundiendo en el peso de la vida cotidiana, donde no se le exige al vecino el ARGUMENTO.
Los romanos expanden estas ideas, con lazos largos, los caminos que llevan indefectiblemente a Roma (al gran Hub) por tierra y por mar. Así el comercio con Cartago, Dacia o Hispania recluta y redistribuye por todo el imperio las formas constructivas y habitacionales caracterizadas por el patio rodeado de habitaciones, lo que podemos reconocer mochado en las “casas chorizo” de Bs As, que no son mas que recortes de aquel modelo latino. Lo que nos interesa de este periodo es que los lugares van tramando una red de lazos débiles y lazos cortos y podemos reconocer todas las estructuras constructivas: puertos, puentes, caminos empedrados.
Es decir que en el lugar común, la plaza pública, conviven un tipo de práctica cognitiva y un espacio físico (Fernández Christlieb, 2004) civil, civilizado, separado del espacio natural extramuro, barbárico y emocionalmente descontrolado.
La plaza era originalmente una calle ancha, una avenida en contraste con la calle angosta, esa calle donde se circula sin detenerse. La calle-sendero se dirigía, curvas mediantes, hacia la plaza. Ser emplazado es entonces ser conminado a un espacio y un tiempo social, es ser convocado a dar cuenta del pensamiento en la ciudad, es decir de algún modo a “lugarizarse”.
En la Edad Media la muralla delimita un territorio que disputarán el rey, el cura y el artesano y el despliegue de lugares va siguiendo esas lineas de fuerza, así se establecen vínculos fuertes dentro de esos clusters y lazos conectores entre ellos, que es donde justamente se empieza a caldear el poder que surgirá en la forma de la burguesía.
QUe aprendemos acá? Que los territorios, que las estructuras de la intermediación cumplen funciones claves en la organización territorial.
La Modernidad con la perspectiva y la imprenta y ya en el período de industrialización van a surgir los lugares performativizados, especialmente con el desarrollo naviero y del ferrocarril gracias al motor a vapor.
Europa establece lazos que conectan continentes enteros, se particiona el mundo en bloques que son colonizados a distancia gracias al telégrafo y luego la radio: paroxismo que alcanza su punto extremos posiblemente en la Alemania nazi con la destrucción total de regiones enteras para desplegar ahí sistemas comunicacionales desde cero.
A fines del siglo XX la rotación de la sociedad hacia el consumo y el control de parte de las marcas, las patentes y el copyright giraron el interés hacia la anonimización de enormes extensiones comunicacionalmente vacías, como los shoppings, las playas veraniegas o las autopistas lo que Marc Augé definió como no-lugares.
Entonces podríamos revisar esto que dijimos hasta acá e intentar un tratado de la evolución de los lugares hacia una topología cada vez mas optima en términos de circulación informacional en clave small world.
Sintaxis espacial
Pero ahora tenemos el mundo de los celulares, los medios locativos y el interés de las marcas por saber donde estamos cada vez que hacemos algo. Es decir el interés por los espacios vividos se ha revitalizado, tanto como los conceptos para entenderlo, que se han vuelto mucho más empíricos. Hoy se nos pide que digamos que sucede, pero además que podamos sostener eso con datos concretos y medibles.
La sintaxis espacial es un conjunto de técnicas para analizar diseños espaciales y patrones de actividad humana en edificios y áreas urbanas. También es un conjunto de teorías que vinculan el espacio y la sociedad. La sintaxis espacial aborda dónde están las personas, cómo se mueven, cómo se adaptan, cómo se desarrollan y cómo hablan al respecto.
Para trabajar la conexión entre lo que fuimos viendo de redes sociales y lugar les recomiendo que prueben DepthmapX y QGIS. Son las herramientas que se utilizan actualmente. Permiten crear visualizaciones y mensuras sobre redes geolocalizadas.
La sintaxis espacial se basa en que el espacio es intrínseco a la actividad humana, es decir, está lugarizado y por lo tanto es configuracional. Es decir el espacio vivido lo es siempre en una red de espacios a la que está conectado.
En la sintaxis espacial el espacio es convertido geométricamente y convertido en sistemas relacionales, formando configuraciones que remiten a patrones de red.
Destino y ruta son los organizadores expresado a traves de integración y elección, que son las variables del modelo que se usan para para analizar, describir, explicar y pronosticar diferentes tipos de fenómenos espaciales y socioeconómicos, fenómenos empíricos como el movimiento urbano , el crimen urbano y la centralidad como un proceso , así como para procesos generales como la inteligibilidad espacial .
Los teóricos de las relaciones entre los patrones espaciales y sociales debaten sobre si el espacio se internaliza y cómo lo hace en los procesos socioeconómicos a gran escala.
Hemos vista hasta acá las relaciones entre complejidad, redes y territorios y les he sugerido los programas informáticos básicos para probar Uds mismos. La semana que viene veremos como los agentes jugando nos permiten aun mas afinar nuestras descripciones y propuestas acerca de lo que puede llegar a suceder.
Nos vemos!
TEXREDES2020 (5) – LuKasnet Blog
[…] sería interesante hacer las discriminaciones relativas a espacio, lugar y territorio. Les dejo el enlace para hacerlo. Estamos pensando en proximidad relativa o “accesibilidad” entre ubicaciones, lo […]