La infancia topológica
Cuando mis viejos me dejaron salir de casa a jugar al fútbol aprendí mucho. Yo tendría 9 años. El primer dia un grupito de chicos que paraban en la esquina me robó un buzo azul y me quemó con cigarrillos. Me retorcí y escapé, así llegué hasta donde mis amigos me esperaban. Esa tarde jugué de defensor. Fue quizás la última vez que jugué tan atrás: desde entonces jugaría en la mitad de la cancha e inclusive de delantero.
Ese día aprendí que lo social es territorialización y viceversa. La esquina y la cortada. En aquellos años 70, en el barrio, jugábamos en una calle de tierra. En plena ciudad de Buenos Aires. Cerca del Hospital Pirovano.