Socialismo creativo VIII
Tengo un amigo que dice que en Argentina tenemos impuestos socialistas. Como no ve un buen resultado termina concluyendo que el socialismo no funciona. Dice y repite: hay que bajar los impuestos.
[Read more…]Tengo un amigo que dice que en Argentina tenemos impuestos socialistas. Como no ve un buen resultado termina concluyendo que el socialismo no funciona. Dice y repite: hay que bajar los impuestos.
[Read more…]Durante unos años promoví y coordiné la Marcha de los Monos, una movilización al Zoológico de Buenos Aires para exigir que soltaran a los monos.
En realidad los pobres primates eran una metáfora, ni les habíamos preguntado. Se trataba de una movida mucho mas anarquista que ecológica, pero por supuesto fue malinterpretada.
Varios vinieron de una organización llamada Movimiento Argentino Ecológico, que tenía un restaurante vegetariano en Callao y Córdoba donde comían desde Antonio Elio Brailovsky y Chacho Alvarez hasta Carlos Menen y que dirigía Yolanda Ibarra.
La idea principal de este post es repensar los supuestos de la ecología de los medios. Por lo pronto, tal como descubriera Charles Darwin, la vida no tiene nada de armónica, ni de equilibrada, ni de interacciones amables entre agentes ni nada parecido. La ecología de medios es más parecida a una I Guerra Mundial permanente que a ese almuerzo campestre de monjas vegetarianas al que nos convoca el sentido común.
Respecto al mundo, la sociedad o la cultura misma hay dos posiciones posibles. O está todo perdido (como aparentemente es la posición mayoritaria) o podemos hacer algo.
Pero cuando uno dice “podemos hacer algo” se está metiendo en un grave problema, porque justamente fue el ser humano el que ha llevado las cosas hasta este punto por haberse a puesto a hacer algo.
Los mares se están quedando de a poco sin peces. Lentamente, pero es así. Los peces están siendo reemplazados por aguas vivas.
Con Internet está pasando algo parecido, pero la diferencia es que nosotros somos los peces y los bots filtrantes son las medusas.
No es un chiste, ni un delirio, ni ciencia ficción. No es malo ni bueno, es algo que sucede, simplemente. Hay menos peces porque nos hemos descuidado completamente y esas gelatinas con forma de campana son los algoritmo que seleccionan lo que vemos en Facebook o Google.