Des-economizados
Vivimos en un país rico, predestinado al éxito. Si la economía es la administración de bienes escasos, una cosa así ya no es necesaria en Argentina.
Hemos dado vuelta a esa página ominosa del trabajo, el esfuerzo y el ahorro para dar lugar a ese goce continuo para el que fuimos elegidos.
La verdad es que podemos seguir tirando papelitos a la vereda y confiando en que los problemas los resuelvan los sindicalistas: después de todo el viento los colocará en su lugar tarde o temprano.