Muñecos malditos y no tanto (II)
Como decía en otro post, los muñecos como Bibendum o Chirolita tienen ese horrible encanto de dejarnos dudando sobre si están vivos o no.
Visto desde otro lugar nos llevan a la pregunta ocultada por esa primera duda: nosotros mismos: ¿estamos vivos o no?
Porque muchos pueden pensar que estar vivo es tener cierta agencia, o autonomía, o sujeción al lenguaje o lo que se quiera, pero lo que si sabemos es que la vida tambien tiene una condición de muerte suspendida, de muerte provisoria, de muerte en camino. Estar vivo es un proceso perdido contra la muerte.