Dice Simon Critchley que el fútbol es un deporte socialista. Porque es colectivo, igualitario y su éxito está más en lo fraternal que en la competencia. Es una pasión, una religión, una danza, el ballet de la clase trabajadora.
El fútbol es una religión, pero una religión viva y politeísta. Mucho más parecida a la de los antiguos griegos que a la que heredamos de Constantino y su universalismo monoteísta.
Pero que el fútbol sea socialista, ¿qué quiere decir? Ya hace un siglo la gran preocupación de los socialistas era el modelo de comportamiento que los jugadores ofrecían a las tribunas y cuánto y qué las hinchadas podían promover hacia los jugadores.
¿Cual era la propuesta del socialismo de principios de siglo XX? Educar al soberano. Iluminismo. Si. Alfabeto. Bibliotecas para la tribuna y para los jugadores. En aquellos 1920 no existían las radios y menos la TV, entonces el texto, la autoría, la profundidad, la verdad de los argumentos eran las claves.
El jugador era el portavoz de la verdad socialista. Uno más. Porque era un trabajador. Un trabajador en la palestra. Se le pedía que fuera como Messi: artesanal, priorizando el pase a la propia jugada, respetuoso con con contrincante, capáz de aprender de los propios errores.
Pero había otra pata en todo este asunto. Los organizadores. Las distintas formas de las AFAs y circos mediáticos. En aquellas circunstancias, salvo excepciones como sería Amalfitani, los dirigentes del fútbol rechazaron esta idea de “educar” al jugador. Es que el fútbol se iba convirtiendo en parte de la industria cultural y no había lugar entonces para jugadores socialistas que fueran ejemplo para una clase trabajadora que comprendería la transformación social que tenía por delante.
Si la premisa socialista era “elevar material y moralmente al pueblo” los nuevos dirigentes de los 30 querían ganar dinero vendiendo entradas, revistas y todo lo que estuvieran dispuestos a pagar los miles de hinchas de cada barrio-club. Podias ser un Ginóbili, pera a condición de cumplir con todas las reglas del juego. Hubo ejemplos excepcionales. Un jugador de Racing de esos años fue convocado con el mejor contrato de la época para jugar en Europa y se negó tres veces, hasta que finalmente aceptó, con una única condición: que le llevaran el barrio completo.
No todas las fuerzas de izquierda apoyaron al futbol. A diferencia de los comunistas stalinistas y trotskistas, los socialistas argentinos si alentaron la práctica futbolística a medida que adquiría mayor popularidad, aunque siempre atentos a posibles incidentes que se pudieran generar en los partidos y distorcionar la imagen que se le quería brindar a la tribuna.
Pero como decía Juan B. Justo, “no todo está en hacer goles”, sino que se trataba de una herramienta que podría ser utilizada como control social. Es que aquellos socialistas convertían todo lo que veían en la escena política desde su perspectiva. Se debía alentar a la selección nacional cuando se decía internacionalista? La gambeta, el engaño, la picardía para no cumplir las reglas cumpliéndolas, la patada artera pero que salvaba al equipo: cómo debían ser definidas? Y el profesionalismo?
Hoy el Liverpool se basa en el socialismo, en el sentido de la fraternidad, o el Dinamo de Kiev, en cuanto a la solidaridad, pero no solo eso: algunas asociaciones de fútbol, como la mas famosa organizadora del fútbol americano, reparte subsidios y regalías en partes iguales y además el equipo que tenga más dinero no puede comprar mejores jugadores sin tope, porque hay un techo salarial y de gastos totales.
Todas estas reflexiones pueden resultar muy contraintuitivas, pero lo que hacen es mostrarnos que las cosas podría funcionar de otro modo.
El fútbol es socialista? No actualmente, aunque sí pudiera decirse que contiene en sus prácticas muchos de los principios socialistas (no los comunistas) tales como el formato jurídico no lucrativo, su popularidad y conexión con el mundo de los trabajadores, y no nos olvidemos que muchos de los clubes de fútbol tuvieron su origen en los principios socialistas de principios de siglo XX: Argentinos Juniors, Chacarita Juniors o Independiente y Defensores de Belgrano, entre otros.
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