El capitalismo comenzó a desplegarse fuertemente en Europa hace 200 años y casi inmediatamente sonaron las voces de alerta.
Por ejemplo Charles Fourier, el fundador del cooperativismo, promovió sistemas de producción sin patrones. Claude Saint-Simon propuso que a cada uno se le diera según sus necesidades. Carlos Marx directamente se definió por la lucha del obrero contra el burgués.
Los tres, sin embargo, vieron en el taller de artesanos un espacio donde vida, trabajo y hogar se entremezclaban conjugándose en la mejor alternativa.
Mientras transcurre el vivir
Es que el Capital había generado las condiciones para un salto tecnológico increíble, pero al mismo tiempo una expoliación social y natural sin precedentes.
La desocupación en el capitalismo se estabilizará pronto en el 40 %. Cuando la próxima generación se pregunte qué es lo que sucede no bajará del 70 %.
Los gobiernos y los Estado, aún más coptados por las grandes corporaciones, el complejo financiero y los grandes medios poco o ningún entendimiento podrán utilizar sobre estas calamidades.
Pero agreguemos que en el 2050 la debacle ecológica desbordará a la social y no se sabe hasta donde. No hay brexis, ni muros, ni populismos que detengan el tsunami tecno-financiero. Arrojado sobre una naturaleza incapaz de intentar alguna defensa las consecuencias son peores que el cambio climático.
Para nosotros es tiempo de regresar a los padres fundadores del socialismo. Lo que nos queda a los humanos es la artesanía, es el taller. Saber hacer con trabajo, vincularse con lo producido.
Se nos dirá que las máquinas son mejores y posiblemente sea cierto para muchas cosas. Pero entonces mientras haya seres humanos harán sus cosas con arte. Con las propias manos, mediadas tecnológicamente y colaborativamente, es decir en el taller.
Taller siglo modelo XXI
Un taller, si, pero con los recursos disponibles en el siglo. Impresoras 3 D, diseños compartidos a distancia, software colaborativo, edición genética, inteligencia artificial, especialización y sobre todo la capacidad de conectar, de establecer pautas de link.
El mejor ejemplo de lo que digo son los laboratorios científicos y no creo que estén equivocados.
Debemos pensar en un taller capaz de articularse en procesos complejos. Como módulos, en cadenas que desarrollen grandes infraestructuras o que operen aisladamente, proporcionando nano o macro ofertas.
Es un tema complicado para los auténticos socialistas, pero al mismo una reflexión que no se debería eludir: falta poco para que se redefinan las ideas de individuo, hogar, familia, Estado, capitalismo y de socialismo: es lo que viene.
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