Hola amigos. Iniciamos acá una serie de podcast en los que vamos a tratar de pensar juntos sobre el socialismo creativo. Ya hablar de socialismo es complejo: dos siglos de resignificaciones y discusiones todavía no saldadas han ido llevando la polisemia de la palabra socialismo a un punto en el que muchos prefieren usar otras.
El problema es que la palabra socialismo es perfecta, de lo que se trata es de delinearla correctamente. Pero veamos con un poco de detalle el núcleo del asunto.
La economía política o quizás deberíamos decir, la socionomía, nos dio la idea de socialismo.
El Socialismo implica la existencia de lo colectivo, es decir que no se trata solamente de partes aisladas en mercado de egoísmos perfectos, sino de la organización reglada de las relaciones sociales. Los mismo liberales son socialistas, porque necesitan de una sociedad con reglas colectivas, compartidas y en la que todos aceptan que eso es lo mas adecuado.
Los liberales han tratado de confundir a socialismo univocamente con un Estado burocrático y de planificación central, aunque esa versión es incompleta y quizás merezca una re evaluación exhaustiva, porque en realidad eso es lo que necesitan los liberales, al menos mucho mas que los auténticos socialistas.
Básicamente socialismo se refiere a la existencia de un contrato, de un acuerdo, en el que los firmantes asumen responsabilidades y derechos y, llegado el caso, se proponen alcanzarlos mediante los medios mas adecuados.
Nada mas pensemos en “Dogma Socialista” que nuestro Esteban Echeverría escribió en 1837, tiempos de Juan Manuel de Rosas.
Ahí decía Echeverría: “La anarquía del presente, es hija de la anarquía del pasado: tenemos odios que no son nuestros, antipatías que nosotros hemos heredado.”
Es decir, las primeras ideas sobre el socialismo, al menos en sudamérica, ya se colocan más allá de los idealismo, de los personalismos, de los liderazgos mesiánicos, de los maniqueísmos de buenos y malos.
En ese sentido recorre el mismo camino que comenzaba a hacer el adolescente Carlos Marx, cuando tratando de resolver los problemas que Adam Smith había reconocido en los principios del capitalismo, adoptaría las ideas de Hegel y desde ahí sistematizaría un modelo explicativo de la vida social, política y económica de la vida en Occidente que luego se llamó genéricamente comunismo.
Nada se decía aun de la relación entre la naturaleza y la cultura de los hombres, liberales y socialistas vivían en el relato de antropocéntrico, donde las cosas y los seres no humanos estaban ahí para el bienestar del los humanos.
Hoy sabemos que esa cosmovisión permitió que el PBI de las naciones centrales creciera al menos un 3 % por año, lo que nos divide las aguas respecto a cómo ver las cosas ahora: por una lado si aceptamos la perspectiva extractivista, basada en la creencia de la soledad del humano en el mundo o vamos por una economía sustentable, apuntalada en el conocimiento y lo renovable. El otro punto es que los humanos estamos mucho mas conectados de lo que creemos, es decir lo que le hacemos al planeta nos lo hacemos a nosotros mismos y al mismo tiempo lo que le hacemos a los otros tambien nos lo hacemos a nosotros mismos.
Este es el punto de partición de esta serie de posteos y el cimiento donde deberíamos apoyar el edificio del socialismo creativo.
Qué es el socialismo creativo entonces? Una forma, no excluyente, de entender la práctica socialista y que se propone aportar a una nueva forma de vida que en realidad ya se nos presenta en el horizonte casi inevitablemente, cuando el extractivismo y antropocentrismo hayan exhalado su última bocanada de aire, algo que ya nadie puede tapar con las manos.
Esta praxis, este modo de intervención en el mundo que debería expresar el socialismo creativo, implica varias cosas entonces: 1) una economía sustentable, 2) una condiciones mínimas de existencia y expresión garantidas para todos, 3) unos modos de producción y consumos reinventaodos y quizás mas austeros que los actuales para muchos pero sobre todo implica 4) una crítica hacia adentro del pensar socialista, que recupere muchos de los principios y comportamientos de los fundadores del socialismo.
La disputa con las élites y las grandes corporaciones, el nuevo cooperativismo, el mutualismo, las plataformas colaborativas telemáticas, los modos de circulación de información y sobretodo las pedagogías de las próximas generaciones es en lo que vamos a tratar de meternos en próximos poscats.
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