Estos días de semi cuarentena han sido una pantalla, una sábana que colgamos en la pared para proyectar viejas diapositivas que teníamos en la mente sobre lo que hubiera sido nuestro apocalipsis viral interior.
Pero no estamos en el apocalipsis. Sin embargo la posición contraria, la que dice que esto es una gripe común un poco más fuerte, también está equivocada. Además es una irresponsabilidad grave hacerlo circular socialmente, como vamos a tratar de argumentar.
En realidad hoy en día estamos atravesando una pandemia más, de las tantas que le ha tocado a la humanidad. Esta tiene la singularidad de que nos agarra con un nivel de interconexión global como nunca antes.
Tanto el ARN del virus como las noticias que lo envuelven atraviesan todas las redes tan rápidamente que ya no podemos estar al tanto de lo que sucede.
Todo es viejo y de algún modo siempre nos estamos curando, aunque aún muchos no hemos sido tocados, ni hundidos.
Pero las imágenes que estamos usando para resolver el problema son restos del pasado y este virus es nuevo. Este virus es software, es una bolita minúscula escrita con 4 letras envueltas en un poco de grasa y proteínas.
Es una porción de ARN que se sale de nuestro cuerpo y rebota de acá para allá hasta que encuentra una proteína espiga. Se une a la famosa ACE2 y así vuelve a inocularse en una nueva célula, que no sabe que está tragando algo bien venenoso.
Estamos cerca del comienzo de la subida al pico de estas entradas de virus, con la mayoría de las personas aún susceptibles. Vendrán los tocados y los hundidos. Con el tiempo tendremos más curados y mas experiencia y consecuentemente menos contagiables.
Los primeros datos están diciendo que en este momento el grupo más afectado por el virus sería el que se comprende entre lo 30 y los 39 años, que por suerte tienen más probabilidades de tener la forma suave. Hasta ahora la comorbilidad está presente en el 96 % de las muertes y la edad más afectada para morir son mayores de 65 años, que son el 75% de los casos fatales.
Otro asunto es que hay un porcentaje importante de neumonías graves por #COVID19 en el grupo 50-59, pero que tienen una mortalidad más baja que los mayores. Argentina tuvo su primer caso el 1 de marzo, adoptó el 16 de marzo la versión blanda de la cuarentena y el 20 de marzo la versión dura. Los números oficiales dicen ahora que en el planeta van por los 35 mil fallecidos por coronavirus, aunque posiblemente sean más.
Todo en Argentina se hizo con enormes restricciones presupuestarias y se hará con pocos respiradores (8500 en el país) además de otros problemas: profesionales trabajando sin el equipo de bioseguridad necesario, con un protocolo que hasta hoy no prevé hisopar pacientes sin nexo epidemiológico. Pero con pocas PCR seguro siempre van a ser pocos los diagnosticados. Esperamos se resuelvan rápido estas dificultades.
Que va a pasar?
Tenemos en Argentina una curva de crecimiento de infectados muy parecida a la de Francia, pero con la diferencia que llegado el momento es posible que el 40 % de pobreza deje su firma en el asunto. O quizás no, algunos paises con alto nivel de PBI por cápita están teniendo altas tasas de letalidad. Los paises centrales están invirtiendo entre el 5 y el 10 % de su Presupuesto en el control de la pandemia, Argentina según el presidente, un 2 %.
Las unidades de producción social van a tener problemas, pero más problemas van a tener los trabajadores y aún más los sectores carenciados. Las personas van a ser afectadas emocionalmente por el aislamiento, por la cuarentena y la incertidumbre.
Como pasó en otras epidemias los trabajadores de la salud ayudan haciendo su tarea, pero también están complicando las cosas al no seguir los protocolos adecuados, aparentemente se infectan más fácilmente que los chinos y así propagan aún más la enfermedad.
Pero hay más: en estos momentos al menos la mitad de los trabajadores de la salud relacionados con el #COVID19 están cursando trastornos depresivos y/o ansiosos y es de esperar que el trastorno de estrés postraumático y otros trastornos mentales incapaciten a algunos de ellos en el futuro.
Todo esto lo estamos aprendiendo sobre la marcha. La templanza es lo que se necesita, no huir hacia certezas personales, hacia rivotrils mentales que pueden causar mucho daño.
Hay una mala noticia, que aún no ha salido a la luz con la suficiente fuera: está muriendo mucha más gente que de costumbre y aun no sabemos si es porque el sistema de salud no los puede atender o porque es el mismo virus el que lo está haciendo.
Y estamos también aprendiendo una forma de saber quien es derecha y quien es de izquierdas: Bolsonaro, la derecha, se ríe de esto que cree que es una gripe y envía a sus fuerzas de trabajo humano a las empresas, mientras que la izquierda pone su acento en los trabajadores, no sólo en su salud, sino en su relación con sus creaciones.
Es increible como esa línea redibuja los mapas y muchos que creíamos que estaban del lado de los trabajadores se están sacando la máscara y enhorabuena que salgan del closet.
@carlavizzotti lo dice en su cuenta twitter: los referentes argentinos toman las recomendaciones de la OMS y yo agrego: luego hacen lo que pueden. Hay dos factores negativos en relación a dos hipótesis que explican los casos español e Italiano: una supuesta cuestión genética desfavorable y un modo de vida que favorece al virus (más integrado, con adultos jóvenes viviendo con sus abuelos). Han agregado el tema de asbesto ahora.
En función de todo esto creo que deberíamos esperar que la próxima evolución se parezca a la de Francia, Italia y España, que hace varios días rondan los 1000 fallecidos diarios.
Y ojo, van 10 mil muertos en Italia y quedan varias semanas de nuevos infectados, a mil por día no sería que se multiplique la cifra final, teniendo un sistema de salud de última generación.
Que deberíamos hacer que pase
Mientras no tengamos tratamiento ni vacuna la mejor estrategia es la que permita asegurar que podamos atender todas las personas que van a requerir internación, terapia intensiva, y respiradores.
Hay ejemplos en el mundo en los que fue posible detener la epidemia sin una cuarentena estricta: estos son Singapur, Taiwán y Corea del Sur.
Estos son países con una estructura gubernamental efectiva y tecnologías avanzadas, que tienen planes A, B y C para contingencias de acá a 50 años.
Uno de los elementos importantes de las medidas contra la crisis en estos países fue la identificación rápida de las personas infectadas y el monitoreo de sus contactos, que se realizó durante la lucha contra las epidemias anteriores en el siglo XXI. En la mayoría de los otros países, incluidos los desarrollados, no es posible repetir esta experiencia.
Los principales países europeos (Italia, Francia, Gran Bretaña, España) finalmente se vieron obligados a imponer la cuarentena completa. En estos países, las medidas económicas para apoyar la economía están planificadas en un monto de 5 a 10% del PIB
China y Corea han suprimido la transmisión del #COVID19 mediante pruebas masivas, combinadas en con un distanciamiento mucho más intenso de meses. El trabajo dudará meses y quizás años.
Hay dos tipos de mitigación, uno basado en el aislamiento lo más posiblemente alcanzable de toda la comunidad. Otro basado en el seguimiento de los infectados y sus contactos, lo que significa muchos testeos continuos.
Por supuesto hay una tercera opción, que tendremos que averiguar un día como se coló en los medios, que propone seguir como si nada. O cuidando que los mayores de 60 años no se enfermen, como dijeron Graziano y Asís. Abnos son muy irresponsables en sus dichos.
En sudamérica, como en el resto de Occidente, se ha adoptado la mitigación. Si nuestro distanciamiento social funciona, es posible que no solo aplanemos la curva, sino que reduzcamos los casos. En el mejor de los casos, mantendremos esa política en vigor el tiempo suficiente para llegar a pocos casos a nivel nacional.
Si al mismo tiempo aumentamos la capacidad de hacer pruebas y la capacidad de rastrear contactos, en el mejor de los casos, posiblemente podríamos recurrir a una mezcla al estilo de Corea o Singapur.
Lo bueno es que el distanciamiento es menos intenso pero combinado con superintensidad rastreo de contactos, aislamiento y cuarentena de detectados.
Lo que parece difícil es que el distanciamiento social al estilo argentino (aislar barrio, no familias) pueda producir R0 a < 1 (disminución de números de casos).
Uno de los problemas que que estamos atrasados en la capacidad de realizar las prueba de detección del virus, especialmente en muchas partes del país.
Como en un incendio forestal, el trabajo de los bomberos va a fallar si se generan chispas de otros lugares. Los reactivos de prueba, los hisopos y el equipo para trabajadores de la salud siguen siendo escasos.
Nunca hemos logrado el rastreo de contactos en la escala que será necesaria para mantener los casos bajos y tendríamos que lograr eso en todo el sistema, no solo en algunas partes.
Mientras haya circulación de transmisión COVID-19 arrojando chispas por acá y por allá el incendio no se extinguirá. Tampoco las chispas del extranjero se detendrán mediante la detección en la frontera, por eso es imprescindible la cooperación entre todas las naciones.
El escenario optimista supone que llegamos a un número mínimo de casos en todas partes, desarrollamos y mantenemos la capacidad de prueba y rastreo, lo ejecutamos bien, no nos perdemos los casos importados que generan nuevas cadenas de transmisión y de alguna manera mantengamos este delicado equilibrio, esperando hasta una eventual vacuna.
Que no debería pasar
Este virus ha demostrado en países de todo el mundo que puede propagarse rápidamente y que un pequeño problema puede convertirse en un gran problema.
Así es como funciona el crecimiento exponencial. A modo de ejemplo: cuando llegamos al 15 % de la población (y en este caso hipotético eso representa a 20.000 personas) en sólo 60 días de difusión son control tendremos 100 millones de personas habrán tomado contacto con el virus.
Es terrible, pero es así. 100 millones de infectados, que en el mejor de los casos serían 1 millón de muertos.
Sin embargo con las simulaciones sabemos que si se toman las medidas de cuarentena, lavado de manos y distanciamiento social a dos metros y así llegamos al 5 % en vez del 15 %, en dos meses bajaremos a 40 mil personas, por eso lo importante cuidar la cuarentena.
Lo que sabemos estudiando redes sociales cada caso tiende a infectar a los contactos próximos, convivientes o barriales en la caso argentino. Sin embargo existen personas o situaciones críticas, sobreinfectantes, muy difíciles de establecer de antemano.
Por ejemplo hay personas, pocas, pero que tienen un alto poder de contagiosidad, aun sin síntomas. Si estas personas acceden a eventos compartidos se contagian muchas personas, creando rápidamente nuevos focos de incendio.
Lamentablemente personas irresponsables han hecho correr la falsa idea de que el #covid19 es casi tan severo que la gripe estacional.
No solo es inconsistente con los datos, sino que conlleva un riesgo implícito que se active algún super contagioso innecesariamente.
Una de las fuentes más aceptadas son los informes del Imperial College de Londres. Junto a la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia (EE.UU.) y de las Universidades de Tsinghua, de Beijing; de Hong Kong y de California diseñaron un modelo matemático basado en lo sucedido en China.
También se han desarrollado simulaciones a partir de estos modelos. Cualquiera puede bajarse el NetLogo y hacer pruebas para entender cómo se propaga un virus, un meme o una costumbre cualquiera.
La epidemia es también económica. Lo que se está propagando son las fallas en los pagos de unos a otros, como si el capitalismo estuviera encallando. Un enfoque equivocado es dar y dar liquidez solamente. Eso la distribución de los stock básicamente.
Si la crisis se tranquiliza en dos meses todo volvería a sus causes, si en cambio persiste, los problemas se agravarán. La liquidez proporcionada ahora no será suficiente a largo plazo. Y vendrá un segundo pico, además.
Las empresas comenzarían a declararse en bancarrota en masa, afectando los ingresos fiscales y dando lugar a un aumento del desempleo. Al mismo tiempo, el presupuesto estatal estaría vacío y una mayor monetización podría conducir a la hiperinflación.
La epidemia es por último comportamental: como vimos en las compras de papel higiénico, veremos personas automedicándose o tratando de romper la cuarentena. Si los memes propios de terraplanistas o antivacunas fluyen demasiado tendremos más desgracias.
Qué podemos hacer
Lo que escribimos acá no deja de ser un dilema y no podemos tomar decisiones sobre un dilema. Porque decidamos lo que decidamos algo se va a afectar.
El debate cuarentena vs economía debe ser reemplazado por otro: cómo continuamos la cuarentena, de un modo inteligente, conservando todo lo posible la economía. O al revés, como relanzamos la economía en medio de una cuarentena?
Algunas personas no pueden entender las cosas así, como hay una cuestión de tiempo déjelas de lado, simplemente no deje que le hagan daño. Como lo que dijo el jefe de la delegación de la Cruz Roja China en Italia: “no sé que es lo que están pensando”.
Entonces lo primero es sellar cualquier opinión singular estúpida. Si se pasa de estúpido avísele a un fiscal. No estamos con tiempo para debatir con personas irresponsables que dicen que hay que levantar la cuarentena y volver al mundo de todos los días. Se volvieron locos? Ya se recuperarán.
Si su jefe, vecino o amigo le dice eso es simplemente una persona temeraria, dispuesta a que mueran muchos personas sin capacidad de defenderse, es un irresponsable. Si se pasa, de nuevo: audio a un fiscal.
Pero supongamos que decidimos ayudar a apagar el incendio. Lo primero es que como en las guerras la toma de decisiones no puede estar desarticuladas, alíniesé con un lider local conciente; cuidado, hay muchos irresponsables y si los detecta aléjese rápido
No es un tema de plebiscito, es una guerra. La República española perdió la guerra y le abrió todas las posibilidades al franquismo. Por qué? Porque un grupo de líderes fueron incapaces de crear durante un tiempo al menos una central de toma de decisiones.
Declarado el incendio los que saben son los bomberos y el intendente, no intente tonterías. Si uno es convocado ayuda, pero lo primero es NO COMPLICAR a los bomberos. Incendios tratados irresponsablemente pueden ser peores aún que los dejados libres.
Lo repetimos: hay algunos que se desvían hacia el tremendismo, pero otros hacia la complacencia. Los dos mecanismos de adaptación a la crisis fallan, pero en este momento la complacencia, es decir que esto es una gripe común, es lo más grave.
1- Esta cuarentena debería durar el tiempo suficiente para que el aumento en el número de pacientes gravemente enfermos no exceda en ningún momento la capacidad del sistema de salud. La población en general debe quedarse en casa, lavarse las manos, desinfectar los pisos con agua con lavandina y cuidar a sus personas mayores, para que no salgan y no se expongan. Hay que evitar acercarse a menos de 2 metros de otras persona, aunque nada es seguro: el virus se ha encontrado a casi 5 metros de pacientes infectados. La cuarentena puede relajarse algunos días y luego volver a cerrarse quizás durante un par de años.
2- La cuarentena y otras medidas restrictivas conducirán a una disminución significativa de la actividad económica, habrá menos producción y menos consumo y posiblemente eso será muy beneficioso para los ecosistemas. En el momento de la cuarentena, es necesario que el Estado brinde apoyo a las empresas, especialmente a las pequeñas empresas y a los empresarios individuales, y a los vecinos pobres, especialmente a aquellos que se quedan sin trabajo.
3- El gobierno debería considerar la posibilidad de transferencias incondicionales, pagos únicos sustanciales a los pensionados y a los pobres. También es necesario que el Banco Central esté listo para mantener la liquidez en el sistema bancario a cualquier costo. Los retrasos en los pagos de servicios y la congelación de quiebras son medidas razonables.
4- Se necesita dar apoyo y protección a los trabajadores de la salud . En el futuro cercano, será el personal médico quien estará constantemente al frente de la crisis. Se necesitan medidas de emergencia para proporcionarles todo lo necesario de manera oportuna, incluidos los materiales y equipos importados. Por otro lado los trabajadores de la salud son superinfectadores, se debería insistir mucho en que cumplan los protocolos.
5- El Estado debe garantizar la disponibilidad de alimentos y medicinas. Dado que todos los países reducen los aranceles de importación a cero el efecto será nulo por lo tanto se necesitarán medidas que ya se tomaron en épocas de guerra, poniendo por ejemplo al ejército a coordinar acciones que podrían incluir faenas, producción y distribución. Eventualmente se podría ofrecer un bono pandémico a pagar en 10 años accesible a toda la población en condiciones de colaborar especialmente a las grandes fortunas. Sino se ejercerán expropiaciones de acuerdo a las leyes vigentes.
6- Para controlar la epidemia es necesario realizar pruebas masivas de coronavirus y anticuerpos. También es imprescindible trabajar con las compañias de telefonos y los geolocalizadores de las grandes plataformas de redes sociales. Para reducir la segunda ola de la epidemia, es necesaria una planificación cuidadosa para un “retorno a la normalidad” después de la cuarentena.
7- Es muy importante que las medidas tomadas por el gobierno se comuniquen adecuadamente. No sóla para las clases medias. Vimos en el ejemplo de otros países, por ejemplo, Italia, que el descuido, la dilación y las falsas comunicaciones al comienzo de la crisis tienen graves consecuencias. Ocultar información, incluso si es negativa, puede provocar pánico y consecuencias aún más graves. El éxito de la cuarentena y la salida de la crisis requiere, en primer lugar, el comportamiento consciente de los ciudadanos: la información insuficiente o falsa puede complicar seriamente la tarea del gobierno.
Hemos llegado al final para responder a la pregunta inicial. Lo que tenemos es una sociedad con muchísimos problemas de acceso a recursos básicos y un Estado atontado, que no sabe si seguir funcionando manteniendo privilegios o debe tomar medidas de fondo.
Y si, hay que preocuparse por el #COVID19.
BONUS TRACK
Con Socialismo creativo he decidido diferenciar las formas de trabajo que surgen de la reapropiación de las herramientas de la cuarta revolución industrial (impresoras 3D, Datos masivos, edición genética, robótica, domótica) y a su vez cómo esto nos ayuda a reinterpretar viejas prácticas analógicas, de modo que rompan el modelo propietario/trabajador que a estas alturas deja de ser útil, como lo fue en los siglos XVII y XVIII cuando se implementaron en los paises centrales.
El primer ejemplo es como trabaja la ciencia misma: compartiendo los trabajos de investigación, elaborando proyectos en equipo, contrastando con colegas, explicitando las formas de elaboración para hacerlas replicables.
Todo esto se podría copiar y readaptar a muchísimas actividades productivas que implican el trabajo de personas, pera aún más con los recursos de comunicación y procesamiento de información.
Un ejemplo maravilloso es el de productores de equipo para la lucha contra la pandemia: en Coronavirusmakers uno se puede bajar el respirador e imprimirlo, y si no se pueden fabricar otras cosas, como gafas, viceras, etc.
Segundo ejemplo: en Sevilla Maker Society grupos de personas que se conectan y donan horas de trabajo en serie domiciliario para elaborar barbijos. Es de mucha menor complejidad, pero implica el enlazamiento de los colaboradores de modo que no se infecten entre ellos.
En el campo del software existen iniciativas de código abierto para el seguimiento de la evolución de Covid19.
En el campo de la BigData la app My COVID Risk que permite actualizar minuto a minuto el scoring de riesgo de estar afectado por el COVID-19.
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