Cuando en los ochenta empecé a trabajar en un hospital tuve que adaptarme a un sistema de jerarquías que para mí era extraño. Yo venía del mundo universitario, mas o menos horizontal, donde dentro del grupo de alumnos estábamos todos en la misma.
Una de las primeras dificultades fue conseguir donde dejar la bicicleta: en el estacionamiento no había posibilidades de dejarla porque los médicos tenían que ir en su auto. Finalmente alguien con peso fue, habló y me dejaron guardarla ahí, debajo de un techito ¿Cómo sucedía eso? ¿Porqué tenia que ir a hablar alguien?
Lo mismo vi que funcionaba en otros aspectos del mismo hospital. Traté de entender como funcionaba ese sistema y el esquema que adjunto me pareció que se acomodaba bastante bien a lo que observaba cotidianamente.
Había una capa de médicos que trabajaba lo mejor que podía. Por encima de ellos, que eran la mayoría, había un grupo que se lucía en los cafés cercanos después de firmar la entrada. Eran los que bajaban las noticias, los que tenían llegada, los que podían participar de pequeños sistemas de prebendas simbólicos. Eran los transmisores de las órdenes de arriba.
Por encima de estas dos capas estaban dos jefes, que eran los que desde los despachos tenían los teléfonos a mano. Si tenias que organizar un evento no solo tenías que tener el OK de arriba, tambien el jefe era el que tenía la data de a quien se podría convocar para hacerlo mejor.
Puede que mi memoria haya distorsionado un poco las cosas, puede que no fuera así en todos los casos, puede muchas cosas, pero mi esquema funcionaba en términos generales de un modo aceptable.
Con los años apliqué mi modelo en otros campos y siempre se acomodó a lo que venía: sistemas como el judicial, el de los cartoneros, el del fútbol profesional, en el mundo pyme, en el grupo que nos reuníamos a jugar al basket los sábados, en la academia, en la cárcel, en las comisarías, en las empresas, la política y hasta el país mismo.
Algunas precisiones del modelo:
1- Los actores, para conseguir cierto éxito dentro de su área, deben comportarse como se lo exige su estamento: de nada le servirá a un leal saber su metié, o a un jefe saber como hacer lo que se hace en su zona de control.
2- Existe una evolución posicional, resultado del sistema de interacciones en cada capa. Un recorrido exitoso comenzará sirviendo café bien servido en la base del esquema, hasta que progresivamente se conseguirán las nuevas habilidades. En algún momento se le pedirá la prueba de fuego: hacer algo contra su saber hacer, pero porque el pedido “viene de arriba”.
3- La capa del contacto está mucho mas integrada a sus vecinos que las otras capas. Así los jefes funcionan haciendo de enlazadores sociales, mientras que en la capa del saber hacer se le exige al plomero que no se dedique a arreglar televisores.
4- Cuando un actor no cumple con lo que se espera de su posición (por ejemplo un leal dice como se deben hacer las cosas) es arrojado inmediatamente hacia abajo, aun cuando tenga argumentos razonables y atendibles. Lo mismo se aplica a los que saben hacer, pero se las desplaza dentro de su grupo, a puntos de menor jerarquía.
A mí me resulta muy productivo este esquema como modelo, inclusive tiene algunas correspondencias con lo que se termina encontrando en el análisis de redes sociales. Puede que no de cuenta de las resultantes de los rozamientos entre las capas, si.
Durante mucho tiempo estuve convencido que lo que llamábamos Internet iba a cambiar este esquema, pero hoy en día creo todo lo contrario.
Si esto tiene que ver con la sexualidad no lo puedo afirmar aun, pero estoy leyendo al último Foucault, creo que ahí hay ideas para enriquecer el esquema.