Espero que uno de los efectos de este Taller que acá comenzamos sea que algunos de Uds. se interesen por los modos premodernos de estar en el mundo.
Por ejemplo creo que debemos recuperar algunas prácticas de la Edad Media, como cuando el estudio del cielo nocturno era un arte tan básico como la matemática, la geometría o la música.
Fíjense sino: hoy tenemos a la astronomía, derivada pasteurizada de la astrología, que era un maravilloso modo de predecir el futuro y que funcionaba aceptablemente en el mundo antiguo.
Sabemos que unas máquinas anticipatorias griegas, como el mecanismo de anticitera, estaban hechas de engranajes dedicados a adelantarse al movimiento de los astros, sus posiciones y sus relaciones, especialmente cuando formaban eclipses.
La astrología nos legó la hoja diaria de los horóscopos y con ella la idea de destino y de alguna manera también al psicoanálisis, que viene discutiendo con el destino hace décadas, y que nos dejó la idea de cierta posibilidad de diálogo con el destino.
Heredamos de la astrología y del psicoanálisis la invención de patrones, constelaciones y espectros: ¿Quien es de Aries? ¿Qué nos dice un signo pre-existente?
Patrones por contigüidad
En 1603 Johann Bayer creó un método de denominación de estrellas o uranometria. Se basaba en las constelaciones: cada letra griega designaba el brillo de una estrella en una constelación. Así, la estrella que parecía ser más brillante de una constelación, era la Alfa; la siguiente, Beta, siguiendo el orden del alfabeto griego. Digamos Alfa Centauro. Su idea era agrupar astros por proximidad visual, con esos puntos crear figuras y luego clasificarlas.
Evidentemente este método es ojo-humano dependiente. Es decir, es un método que va desde que se lanzó la primera lanza hasta que se lanzó el último misil. Ese fue el período de los corchetes de Schöningen, el momento de la humanidad y del predominio de la vista especialmente, pero no me quiero desviar, al menos por ahora.
Lo que vemos es alguien que marca puntos y los conecta. Esa es la idea central para entender las redes. Las redes son sistemas sin bordes, en los que persiste la máxima según la cual al afectar a uno de los nodos se modifica al resto de los puntos conectados.
Si bien Friedrich Argelander en 1862 mejoró el sistema de Bayer y luego decenas de catálogos quisieron encontrar la mejor nomenclatura para nombrar los objetos del Universo, hasta que ya no pudimos hacerlo.
Hoy la astronomía nos lanza una nueva metáfora. Una metáfora post-misilística, una metáfora del otro lado del corchete. Ahora que hemos viajado en el Enterprise, la nave insignia de la Flota Estelar de la Federación Unida de Planetas de la serie televisiva Star Trek, sabemos que vivimos en Lanikea, un cluster que contiene 100 millones de estrellas, pero que a su vez es parte de un Universo conocido de unas 300 millones de galaxias.
La NASA utiliza tecnologías difíciles de comprender basadas en sondas autónomas, supercomputadoras, robótica, sistemas gestores de bases de datos, software interpretación, software de nominación, sistemas de comunicación emergente, etc.
Es decir, habitamos un Universo aumentado, aumentable, catalogado pero sobretodo descubierto y nominado por máquinas, ya que la cantidad de estrellas que se reconocen cada año es inconmensurable.
Dicho de otro modo, hemos pasado de la era de los memes a la de los tremes, hemos dejado atrás los corchetes de Schöningen, esos que adentro tenían los paréntesis de Gutenberg.
Porqué los memes son obsoletos? Porque necesitan de lo humano para transferirse y amplificarse y lo humano es costoso, poco confiable y sobretodo privilegia los contenidos por sobre las conexiones. Preparar a un humano lleva años de infancia y cuidados maternos, las máquinas inteligentes hacen eso en horas, aun de trasnoche.
Es relativamente comprensible que mientras contábamos con escasos contenidos fuera necesario el humano, pero actualmente los contenidos van perdiendo la carrera frente a las conexiones, a los vínculos. Recordemos que cada vez que agregamos un nodo, contenido o sustancia aditivamente los enlaces entre éste y los anteriores se incrementan exponencialmente.
LLega un amigo a la fiesta. Busca en sus micromotivos y elije un pequeño grupo donde sumarse. Comienza a integrar su unidad. Es un amigo más en la fiesta. Pero si ya había 20 personas son 20 relaciones más, por lo menos.
Hay que poner acá una marca en Jacob Levy Moreno, creador de la Socionomía, el psicodrama y la psicoterapia de grupo. Era un psiquiatra heterodoxo, que hacía cosas como trabajar con chicos haciéndolos dramatizar los diferentes personajes, animales y personas, en las cárceles con grupos de presos o con prostitutas, para crearán un sindicato propio. Moreno usaba grafos, en lo que la novedad respecto a las conexiones de Bayer es que existía alguna tipo de relación definible entre los nodos, más allá de la contigüidad.
Las artes del Diablo
Déjenme contarles la historia del puente del diablo. En 1237 un grupo de constructores le pidió ayuda al diablo para hacer lo imposible: colocar sobre la la garganta de Schöllenen el puente de San Gottard que sería ni más ni menos que la conexión más breve y económica entre las cuencas del río Rin (y así el mar del Norte) con la del río el río Po (Mediterraneo).
El Diablo aceptó a cambio de la vida del primero que lo cruzara y los obreros mandaron una cabra, en lo que sería como una reedición del mito de Noe, per pactando y engañando a Lucifer.
Vemos acá dos conceptos claves para entrar a la cuestión de las redes sociales: cluster e intermediación. Un cluster es un conjunto de nodos en los que el vinculo entre dos de ellos predice que alguno conocerá a un tercero. Es decir, que un mercader del Po tenderá a conocer a otros de su mismo cluster. La intermediación se refiere a la conexión de cluster: el puente de San Gottard conecta probabilidades bajas o dicho de otro modo conecta a la Europa musulmana con la Europa vikinga, dando la posibilidad de la aparición de la Europa Moderna.
Como verán necesitamos una historia de la observación exhaustiva para adentrarse en el mundo entendido como redes sociales, porque la explicitación de un interés por las conexiones deja atrás a la vista y nos conecta con un mundo más táctil, más tejido.
No obstante podríamos poner un punto inicial en Jacobs Moreno, un psiquiatra que comenzará dibujar grupos de participantes de grupos y sus conexiones, en lo que sería el antecedente más reconocido del Análisis de Redes Sociales.
Hoy ha pasado mucha agua debajo del puente, pero en el fondo lo que vamos a discutir en el TEX de BigData, Redes Sociales y Comunicación no humana es sobre el arte de encontrar y seleccionar los mejores puentes del diablo.
En los próximos encuentros vamos a ver cómo todo esto es imprescindible para entrarle a los Panamá Papers.
Presentación del Licenciado Rodrigo García.