Cada vez más la retórica anti o no occidental coloniza el imaginario colectivo platafórmico local. Amigos o conocidos que repiten tonterías convencidos y de buena fe, sin sospechar que un parásito se les ha inoculado en las neuronas y les ha tomado en control de sus teclados y de sus órganos de fonación. Esto viene a lo que me dice hace un rato un sindicalista trotskista sobre el viaje del actual ministro de economía a Moscú.
Entonces lo que hice fue pedirle la fuente, que sorpresivamente era un canal de youtube enfocado en relatos infantiles o motivacionales sobre coraje, fuerza interior y justicia que durante años recolectó mentes ingenuas en búsqueda de épicas inspiradoras. Pongamosle.
Pero puesto a ver la fuente de mi amigo me encuentro con que el guion del video coincide con narrativas imperialistas rusas, al retratar a Moscú como liberador de naciones oprimidas por Occidente, usando retórica antiimperialista selectiva para justificar su propia expansión de influencia económica y geopolítica.
El video miente al afirmar que el ministro de economía argentino «está en Moscú firmando documentos», fabricando un pacto ficticio Argentina-Rusia. Empezamos mal, pero mi amigo se tragó eso y sigue adelante.
El video continua con frases como «colonización económica» del FMI y «se arrodilló ante Washington» que victimizan a Argentina, eco de propaganda rusa que acusa a EE.UU./UE de hipocresía imperial mientras Rusia ofrece «alternativas sin condiciones». Celebra la desdolarización y el BRICS (con Rusia central) como «retorno a la normalidad histórica», alineado con discurso putinista de mundo multipolar donde Rusia contrarresta «hegemonía unipolar» estadounidense.
No dudo que Alberto Fernández y todo lo que vendría tirando de ese hilito harían propia la memética de esta video, y ni que hablar del viejo Telam kirchnerista y toda la red mediática hegemónica de aquella época.
El videl luego distorsiona los hechos (deuda FMI real, pero exagerada como «dominación perpetua») y cita Mearsheimer/Kennan para legitimar un realineamiento hacia Rusia, técnica rusa para sembrar duda en instituciones globales.
Ahora, hay que decir, que estos videos no crean, sino catalizan discursos preexistentes: la «izquierda» proimperialista, cipaya prorrusa, absorbe la retórica anti-FMI para atacar Milei, ignorando las falsedades del video (Caputo no en Moscú) y las medias verdades, convirtiendo la desinformación en «consenso alternativo» y por supuesto autojustificante.
Hay formas serias de criticar a Milei. No es necesario justificar a un dictador. Pero bueno, quizás haya que perdonarlos, porque a esta altura ya no saben lo que hacen.

Comments are closed, but trackbacks and pingbacks are open.