Mirar adentro del cuerpo ha sido históricamente un tema delicado y ademas hasta no hace mucho se trataba de un asunto bastante sangriento.
Por ejemplo: la Iglesia se ocupó durante siglos de que no se pudiera anatonomizar a los humanos y quizás tenía buenas razones. Así los médicos medievales estudiaban con monos. Es que si se miraba adentro se podía llegar a hacer algo ahí, donde el que hacía era Dios mismo. No había que facilitar la tentación.
Pero desde la invención de los rayos X la cosa viene cambiando y últimamente las transformaciones vuelan la tapa de los sesos.
Es que no solo cualquiera puede verse en una tomografía o plena endoscopia sino que recientemente ha surgido una práctica que podría dar lugar a una remake de aquel nacimiento del mirarnos adentro que surgió en el Renacimiento, y tiene que ver con usar dispositivos digitales para hacer del cuerpo, aun del propio, un laboratorio. Ya no es mirar, es hacer adentro del cuerpo.
Es que los wereables que estaban en los bolsillos o adheridos con cintas a la piel ahora se inyectan o directamente navegan para medir averiguar cómo funciona el ADN. Recientemente Google patentó sus lentes intraoculares, verdaderas pantallas que hubieran trastornado al mismísimo McLuhan.
Sin embargo el tema no queda solamente del lado de las hipercorporaciones. Para Ron Shigeta, de IndieBio, las personas tienen derecho a llegar al fondo en el conocimiento de su biología y para Drew Endy, profesor de bioingeniería en Stanford un biohacker tiene derecho a aprender experimentando, tratando de hacer las cosas y ver qué pasa. Aun consigo mismo. Se opone al patentamiento genético y apoya el libre acceso a la información genética . Es uno de los promotores del código biológico abierto y ayudó a iniciar la Fundación BioBricks, una organización sin fines de lucro que apunta a mantener a la biología de código abierto.
Eri Gentry, que fundó en el Silicon Valley BioCurious, dice que los biohackers son herederos de aquellos que surgieron con las primeras computadoras y para experimentar ha puesto un laboratorio compartido para empresarios, ciudadanos científicos, aficionados y estudiantes que quieran aprender de biohacking.
gran controversia respecto a la cuestión de las patentes. Pero lo mas importante: dice que de estas cuestiones que no estamos hablando.
Profesor Asociado de Políticas Públicas y Estudios de la Mujer de la Universidad de Michigan, dice que CRISPR plantea unaTambién del mundo hacker clásico hay aportes: Dave Asprey se considera un biohacker. Es de los que hackean su propio cuerpo. Hace auto-hacking. Propone des mesclar dos puntos de vista sobre biohacking. Una sería el biohacking que hace referencia a la biología, por ejemplo utilizar CRISPR para cambiar una célula; tomar una ameba y hacerla brillar en la oscuridad. Pero el otro punto de vista sobre biohacking es el basado en modificar la propia biología, apuntando a obtener el control de los sistemas del propio cuerpo y es ahí donde milita Asprey.
Teemu Arina, autor del libro Biohacker’s y curador de Biohackersummit, asesor de gobiernos y corporaciones multinacionales, es uno de los pensadores de vanguardia en comunicación social y BigData lleva para mi el asunto al plano estético y quizás sea por donde encontremos mas sorpresas.
Sea como fuere mirar adentro del cuerpo ha sido históricamente un tema delicado, pero parece que eso no quita que empecemos a hacerlo.