Internet es un planeta, un mar inmenso, una megalópolis casi sin borde: decir esto es una perogrullada.
Facebook es, por ahora, una empresa constructora en la enorme Webpolis , una compañía que vende publicidad basándose en redes sociales.
Esto es lo primero que quiero decir: no hay que confundir la ciudad con sus viviendas, ni FB con la Web, ni la arquitectura con el control, excepto, claro, que se quiera obtener alguna ventaja.
Desde donde mirar/miramos Facebook sin correr el riesgo de estos tropiezos?
Quizás la historia del pensar las ciudades pueda ayudar y modos de pensar a mi Buenos Aires querida hubo unas cuantas.
Por ejemplo, para Oscar Yujnovsky, las ciudades de los 70 eran grandes artefactos de consumo colectivo de servicios habitacionales, donde se expresaban y estructuraban las fuerzas económicas que dominaban la transformación de la ciudad.
Blanco sobre negro: las tensiones de las clases sociales en lucha merecían para él 3 denuncias: 1) contra los propietarios, 2) contra las condiciones inhumanas de las viviendas populares y 3) contra la segregación resultante de los procesos de exclusión.
Francis Korn proponía en cambio otra mirada: la ciudad era para ella un todo integrado y sin fisuras que progresaba sin conflictos significativos.
Sin embargo, más allá de las diferentes perspectivas, ambos autores parecen poner un acento especial en la Buenos aires imaginada por sus propios hacedores. Esta era la segunda cosa que quería resaltar: deberíamos preguntarle a los habitantes.
¿Acaso Facebook reedita aquella discusión Yujnovsky/Korn en clave digital? ¿Expresa y refuerza tensiones intraclase como parece sugerir la investigación pionera de Boyd Danah? ¿Está en lo cierto Mark Zuckerberg, creador de Facebook, cuando se muestra tan optimista?
¿Serán estas dicotomías falsas, como la mayoría de las veces? ¿Habrá que esquivar los cantos de sirena de los facebookólogos y no tanto? ¿Tendremos que (otra vez) cuidarnos de no bandearnos por lo de apocalíticos e integrados?
Creo que tengo una respuesta provisoria y acá digo lo último que se me ha ocurrido esta tarde: ha Facebook hay que leerlo como lo haría un cornalito .
Quiero decir, interrogando al pescadito que viene a nuestro lado, girando con todos
hacia arriba cuando vienen los delfines, imitando las velocidades de los próximos y (este es el secreto) de los lejanos, porque si Facebook es una red compleja es una red “pequeño mundo”.Las malas noticias que traigo como cornalito es que pocos se quedarán con mucho, que cada vez será mas fácil controlar la información disponible, que las viejas categorías como “voluntad”, “estructura”, “social”, “objetividad”, “crítica” poco tendrán para aportar tanto en la comprensión como en el diseño de comportamientos en facebook, que la red tiene tal capacidad de Resiliencia que por mas que la golpeemos muy fuerte se recuperará enseguida, que el ángulo de “libre albedrío” es mucho mas estrecho para nosotros (los cornalitos) y más abierto para las grandes empresas y para los viejos héroes de la modernidad: los tiburones.
En definitiva, pareciera que la máxima de Alfredo Yabrán se seguirá cumpliendo a rajatabla una vez más: el poder es impunidad.
Sin embargo creo que también hay buenas noticias: las microideas se podrán agregar en macroconductas con ingenio y un poco de ayuda del azar, muchas situaciones tenderán a autoorganizarse con muy poca energía, los bordes volverán a tener relevancia proporcionando a la red nuevos memes para los que no existirán anticuerpos suficientes y sobre todo, al menos para mí, este edificio ayudará a encontrar y gestionar mas pequeños lugares singulares dentro del enorme conglomerado.
Después de todo 150 millones de usuarios activos somos unos cuantos.
InterLink Headline News 2.0 — Interlink Headline News Nº 5103 del Lunes 19 de Enero
[…] ingenuamente que viven en el reino de la libertad, sin darse cuenta de que solo somos cornalitos (Mirando Facebook como cornalitos), ni mas ni menos libres que en el mundo real, pero con muchas ganas (algunos) de ampliar nuestros […]
Los Bárbaros de Facebook hacen de las suyas (y de las nuestras). Pagándole a Facebook en su misma moneda. — Proyecto Facebook
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Mirando Facebook como cornalitos — Proyecto Facebook
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