La vieja elite, por medio de sus re-presentantes analógicos (políticos, periodistas, intelectuales) ha destilado tanto miedo en la sociedad a través de los medios de comunicación estos dias (inseguridad, desempleo, “los 90”, devaluación, perdida de reservas, fondos buitres, “cepo”, cortes de servicios públicos, los ingleses, Proyecto X, paco y etc etc) que los psiquiatras vamos a seguir teniendo mucho trabajo por años. Nuestro trabajo será adaptar a los consultantes a un mundo con unas reglas absurdas, pero matemáticamente implacables, donde los ganadores se quedan con todo.
En Argentina el autoritarismo ficcional ha sido un gran artífice de todo esto de destilar temor. El mismísimo general herbívoro descubría enemigos detrás de las cortinas, pero el autodenominado “peronismo” que lo siguió nos mandó al embudo del 2001 (“la crisis más grande la la historia”), remató a precio vil las empresas estatales en los 90, fugó buena parte de la renta extraordinaria de la soja por medio de testaferros, pagó al FMI al contado y sin descuento, entregó los recursos naturales al extractivismo salvaje, nos aisló de un mundo en el que nunca se crearon tantas cosas maravillosas, nos convirtió en extras mendigando planes sociales en una película sin guión, nos roció con glifosato a troche y moche, extorsionó a cada intendente, a cada gobernador, a cada consejero escolar, destruyó la cultura del mérito y el trabajo, a cada problema le puso un parche demagógico y abrió las neuronas de los pibes a todo tipo de agonistas dopaminérgicos (cocaína y otros) ahora nos escupe sobre la la elite de contratistas del Estado y representantes de grandes grupos concentrados.
Hicieron de todo, pero especialmente destilaron miedo concentrado sobre las poblaciones, especialmente a las que prescribieron peronismo. Miedo, incertidumbre, ansiedad. Una herramienta de control y de descontrol. El tema del miedo, en su vertiente política, fue tratado por muchos. Alejandro Magno decía que quien controla su miedo controla su muerte. Franklin D. Roosevelt que solo hay que tenerle miedo al miedo. Colin Powell que si el miedo y el hambre son suficientes se evitan los gastos militares.
Mas recientemente Zygmunt Bauman dijo que para lidiar con el miedo hay mantenerse en la crítica, entendida como llamado al cambio. Ahora que estamos frente al Fin del Estado nacional, que se evapora en un espacio global que no tiene institucionalidad (reglas, representantes, previsibilidades)el asunto es mantenerse crítico, cambiando, circulando.
No va a ser fácil. Si el poder se evapora en el espacio global, las funciones son desplazadas a los fantasmas de individuos, no a las viejas instituciones o a las nuevas. Fantasmas que se mueven entre las pantallas de los celulares, en los modos de la neoTV, en las gigantografías que saturan la vista en las calles.
En un punto si la humanidad ha caducado, si las sociedades ya no existen, si la especie humana no pudo reemplazar a Dios, tampoco tenemos entonces de que preocuparnos. Queda una nueva certidumbre por arriba, la certidumbre de los códigos, de la sociedad algorítmica. Aprender a moverse en este mundo es como aprender a usar una bicicleta: hay que soltarse a la velocidad para no caerse. Procesos treméticos performativizados por machine learning.
Por eso los digitales Google y Apple han subido tanto el valor de sus acciones. Por eso el analógico peronismo ha caído tanto en la bolsa de valores.