Vemos lo que queremos ver, pero una extraña enfermedad, la ceguera cortical, le ha enseñado a los investigadores que vemos mucho mas de lo que creemos ver.
Es que el cerebro capta señales con otras partes del cerebro, ademas de las áreas corticales dedicadas a la visión. Es como si la imagen que entra en nuestra retina se sube a la Panamericana, pero en el camino se fuera bajando en cada una de las salidas posibles, quedando distribuida. En la ceguera cortical la imagen no llega el destino final, pero si a todos los demás.
Al menos 9 áreas del cerebro se activan cuando vemos, entre ellas el núcleo amigdalino, tan famoso hoy en día por ser el responsable de los ataque de pánico. Quedándonos acá seria fácil entender el sexto sentido: las imágenes activan o no respuestas de huida por medio del amigadalino.
Pero tenemos otras 8 áreas ademas del núcleo amigadalino conectadas a la retina, que a su vez se conectan con otras tantas, o mas. Todos vemos con sentidos extras, que surgen de la sumatoria de todas esas áreas que se activan al abrir los ojos. El cerebro es una red, de eso no hay dudas.
Es decir: no solo vemos imágenes visuales cuando tenemos los ojos abiertos: vemos historias, olores, emociones, acciones, virtualizamos posibilidades, recuerdos, asociaciones, pero cuando olemos tambien escuchamos y cuando sentimos en la piel vemos.
Pero estar conscientes es otra cosa, y bien complicada: los psiquiatras tenemos problemas para definir que cornos es la conciencia. David Chalmers ha estudiado como es que la mente se mantiene consciente y su idea es que es un sistema que opera en capas: está la conciencia primaria que captura lo básico y como en un juego de espejos existe una reflexión autoconciente secundaria que ve a la conciencia primaria y a su vez una terciaria que ve a la primaria y a la secundaria y así sucesivamente, lo que permitiría hipotetizar que sigue prácticamente infinitamente.
Sea como fuere todo este juego del cerebro de lidiar con muchas capas no es gratuito: consumimos el 20 % de lo que comemos en mantenernos conscientes, y cuando lo hacemos algunos flotan entre esas capas y otros persisten atrapando la atención disponible y no la dejan ir.
Capas y áreas, lo que se va formando es una red compleja extendida y elevada a la vez, donde sistemas de fibras conectan unos sectores con otros, lo que de alguna manera se parece mucho a las ciudades, con subtes, autos, aviones y ascensores.
Hasta acá no habría problemas sino fuera que la cadena de explicaciones de Chalmers no entra en las leyes de Newton ni en nada de lo que fue creado durante la modernidad, y menos todavía cuando propone que los perímetros de la conciencia podrían existir en una matriz proto-conciente extracerebral, o mejor dicho post-intercerebral.
Es decir, la protoconciencia se une y forma conciencia extendida, pero a su vez la conciencia extendida se agruma en lo que cada uno capta cuando dice el famoso: pienso luego existo.
La propuesta de Chalmers es que la mente se elonga como una red sin bordes definidos y en todo caso somos nosotros los que decidimos hasta donde aceptamos ir.
Esta idea y la obviedad de que Internet resolvía el asunto llevaron al Dr. Roger D. Nelson a experimentar con esta conciencia que se alarga hacia afuera de nuestros cráneos, y desde hace años viene estudiando cómo números aleatorios de Internet pueden ser afectados por conciencias concentradas alrededor de algún evento o tema colectivo máximo.
Su concepto es que los números aleatorios se podrían afectar con la mente globalizada y en su
experimento encontró que cuando muchas personas comparten un estado emocional la red mostrará cambios de estado respecto a lo aleatorio, cosa que increíblemente ha ocurrido en USA con el 11/9 y en las elecciones presidenciales.
El asunto raro es que 11 de septiembre la red de números locos de Roger Nelson predijo dos días antes el ataque, es decir el 9 de setiembre de 2001 los números cambiaron de estructura.
Lo increíble del asunto es que en otros campos se han encontrado cosas parecidas, como la sincronización de las menstruaciones cerca de las cárceles de mujeres o la coordinación de las luciérnagas en el sudeste asiático, este último caso que llevaría al descubirmiento de las “redes pequeño mundo”, claves para interpretar redes sociales.
En una línea cercana Rupert Sheldrake cree que lo que llama los “campos mórficos” organizan las mentes y las hacen más inteligentes, como si fueran avenidas invisibles. Según cree el sentimiento de que alguien nos mira por la espalda debería ser vinculado con los campos mórficos, aunque no hay evidencia ni de una ni de otra cosa.
Hace mas de 20 años que tipos como Jacobo Grinberg y otros que siguieron lineas conceptuales semejantes fueron o vienen sido rechazados por buena parte de la comunidad académica, pero el psicólogo mexicano llegó a decir que los animales dependían del campo magnético similares a los de Rupert, aunque fue uno de los pioneros de la dermovisión.
Otro los miembros del club del sexto sentido es Michael Persinger, quien ha experimentado con su llamado “Casco de Dios”, que permitiría que dos cerebros separados pueden compartir experiencias bajo ciertas condiciones.
Estos autores dicen, en resumidas cuentas, que los 7 mil millones de cerebros humanos están todos conectados entre sí, mas cerca mas lejos y que sensaciones simples podrían viralizarse y expandirse como el famoso aleteo de la mariposa que produce huracanes del otro lado del mundo.
El concepto es el trasfondo de la descuidada ciencia de las redes sociales complejas, que empiezan a poder entender como controlar las cosas en los papeles, auqnue están todavía lejos de llevar a la práctica situaciones concretas.
Pero hay mas y mas complicado aún. El si famoso Erwin Schrödinger propuso el experimento por suerte nunca realizado: el gato encerrado en la caja uranio. Activado por cambios de estado atómicos, permitiría envenenar al bicharraco.
La pregunta de Erwin es: ¿el gato está vivo o muerto?
Y la respuesta teórica es que ni una cosa ni otra, sino las dos cosas a la vez. La única forma de saberlo es abrir la caja. Es decir, suspender el experimento y decretar la vida o la muerte del gato. Por lo tanto nada en el universo es seguro hasta que se lo mide, ya que por la física cuántica nunca podemos saber algo sobre una parte del mundo sin detenerla, sin examinarla.
Otro tambien famoso, el físico Michio Kaku, conocido por su trabajo con el tiempo y la Teoría de Cuerdas, propuso que la mente, mas allá del tiempo, elije en el mundo cuántico, es decir la mente global controla, regula, elige un estado del mundo multiversal. Estamos acá porque seleccionamos este mundo entre otros.
Eugene_Wigner ha reformulado esta pregunta de Erwin así:
¿Como se que estoy vivo?
Y su respuesta es que hay una cadena infinita de mentes formando una conciencia que envuelve al universo y elige un estado de cosas. O sea dependemos de una conciencia cósmica.
Dean Radin ha mezclado estas ideas pero yendo un poco mas allá todavía: la cuestión del tiempo es tan solo una ilusión, muy a pesar de lo que hubiera pensado Ilya Prigogine, que recibió un premio Nobel por decir lo contrario.
Sus investigaciones sobre el presentimiento lo han llevado a decir que las imágenes se sienten 5 segundos antes de verlas, es decir, existe un efecto pre-visor, las mentes ven las cosas antes que sucedan o de verlas.
Trabajos sobre Retro-causalidad, en los que los efectos son las causas (ejemplo del volante manejando las manos del taxista) han llevado a otros a hipotetizar que la materia retrocede en el tiempo, en determinadas condiciones.
Dentro de la cuántica la extraña Teoría del absorbedor de Wheeler-Feynman dice que para que un cuerpo emita radiación otro debe absorberla y remitirla al pasado. Hay que estar un poco loco para conectar todas estas cosas, indudablemente, pero algo está pasando en el mundo que lo vemos tan raro.
Daryl Bem, profesor de Cornell, ha escrito profusa y reconocidamente sobre toma de decisiones en grupo, análisis de la escritura, orientación sexual, y teoría y técnica de evaluación de la personalidad, pero en parapsicología, es conocido por sus estudios sobre la técnica Ganzfeld en percepción extrasensorial, y ha teorizado respecto a la relación entre psi y los fenómenos cuánticos, y causalidad retroactiva.
Ha encontrado que las imágenes eróticas tienen mas probabilidades de pre-verse, lo que podría permitir un factor genético en juego, derivado de la ventaja para encontrar pareja antes que el resto, nos hubiera traído a todos nosotros hasta acá, dado que nuestros ancestros tenían la precognicion para reproducirse antes. Por suerte otros investigadores no encontraron los mismos resultados, lo que nos permite decir que la ciencia podría existir unas décadas mas, sin embargo no parece que sea muy facil llegar a ser citado seriamente en el New York Times.
Volviendo a la teoría de redes todo esto suena al Teorema de Bayes y las probabilidades de que futuro y pasado se conecten extrañamente, haciéndole un puente al presente.
Si Bem tuviera razón el tiempo fluye en muchas direcciones, pero el hombre a aprendido a hacerlo fluir así como estamos haciendo ahora, hacia el futuro, desde el pasado.
Tenemos descubrimientos anómalos que no encajan con lo que creemos ver, y muchas parecen estar conectadas, creo sentir, con las cosas que explica el modo de ver de la teoría de redes, al menos cuando explica cosas, por ejemplo, como la fuga de cerebros.