Herbert Burden nació 22 de marzo 1898 en Lewisham, un municipio de Londres donde su padre trabajaba como jardinero.
Se cree que a los 16 años mintió para poder alistarse en lo que se iba a llamar pomposamente la I Guerra Mundial.
Diez meses más tarde estaba frente a un consejo de guerra por deserción, después de dejar su puesto en la batalla de Bellwarde Ridge, donde sobrevivió menos del 5 % de los combatientes.
Encontrado culpable de deserción o “cobardía” fue ejecutado el 21 de julio de 1915, como le sucedería a otros 306 soldados británicos en esa guerra.
Aunque 9 de cada 10 veces se usaban cargas de salva en simulacros de fusilamientos, Herbert no tuvo esa suerte, ni tampoco luego una tumba conocida.
Esa historia está hecha en la misma matriz que la de un jujeño arrastrado a la Guerra del Desierto, a fines del siglo XIX, en Argentina. Fue llevado sin saber para que, ni adonde.
A poco de llegar al regimiento al coya “Cayuta” sus compañeros lo tomaron de punto: le robaban la ropa, las municiones y sus jefes terminaban castigandolo una y otra vez, por torpe.
Una noche Cayuta no aguantó mas lo palazos que le daban de a diez para que aprendiera: el desgraciado empezó a caminar por la orilla del río Colorado, y caminó así, flaco y enfermo hasta que unos días después fue capturado en pésimo estado y trasladado hasta “Negro muerto”. donde estaba el campamento del ejército argentino.
Dicen que Zelarrayán, su defensor, hizo todo lo posible, pero el Consejo de Guerra “verbal” decretó su sentencia: culpable de deserción.
Cayuta era muy callado, pero a fuerza de insistencia Zelarrayán consiguió que le enviara una bendición a sus hijitos y un abrazo a su compañera.
1879. Patagonia. Viento y sol. Con bosta se está cocinando un pedazo de carne. El ayudante Conde, al frente del pelotón, pronuncia el fatídico “Al hombro …. AR!”, y luego el obsceno “… preparen, apunten, Fuego!”.
Luego se hace el desfile que pasa frente al cuerpo de Cayuta, del que se pueden ver las nubecitas de humo que salen de los 4 agujeros en la espalda.
Ninguna señal indica tampoco donde se lo enterró a Cayuta.