Alucinaciones (IV)
Jean-Paul Sartre experimentó con mescalina en París en 1935 y descubrió que distorsionaba su percepción visual: no solo por unas horas, sino durante semanas.
Decía que las casas parecían tener “caras de lágrimas”, que los relojes parecían búhos y que cangrejos y pulpos lo seguían por las habitaciones de su departamento.
Años después Maurice Merleau-Ponty diría que “la alucinación es el problema de cualquier teoría materialista de la conciencia” e, inaugurando la fenomenología francesa, abrió la discusión sobre los efectos psicodélicos de la mescalina en la fenomenología de la percepción.