Nací en la ciudad de Ushuaia, Argentina, en 1965 y 10 años después abandoné el ajedrez competitivo. Me formé con la TV en blanco y negro pero llegué a leerme casi todos los libros de Julio Verne. Compré mi primera computadora en 1985. Diez años después entré en Internet y a la década siguiente en Facebook y Twitter como lukasnet. Ahora me dedico a probar Apps. Por cierto que todo eso no cambia ni un ápice lo que mucha gente piensa de mi.
Me recibí de bachiller estilo siglo XIX a fines del XX. Siempre con buenas notas y una mención de honor en teología: es que no me atrevía a quedarme dormido como muchos de mis mas honestos compañeros.
Ingresé a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires en ese 1982 que no era ni democracia ni dictadura: en esos años aprendí que si podía dormir en la biblioteca y los colectivos si era necesario y que tendria que trabajar para pagarme la carrera.
Si bien abandone en esos años lo que hubiera sido una exitosa carrera de basquetbolista profesional, trabajé en medicina nuclear, alarmas, albañilería, venta callejera, pulido de pisos, electricidad, aplicación de inyecciones y mas o menos la fui pasando.
En el años en que me recibí de médico pasaba horas programando una Sinclair 2068 que llevaba luego a escondidas al Hospital Álvarez, donde en mis noches de médico residente de guardia seguía haciendo algunas cositas para despuntar el vicio.
Fue ahí donde me empezó a interesar realmente la relación entre las tecnologías y la mente.
Tuve también mi período de BBS (la de la facultad de Medicina funcionaba aceptablemente) hasta que entré en la red de redes, donde continué con mi interés por los temas relacionados con la salud mental.
Ya avanzando en mi formación, en esas charlas de café tan comunes en los hospitales, propuse que deberían existir vínculos entre las máquinas inteligentes y la salud y la enfermedad mental como las entendíamos en esos años.
Sin embargo la idea no prendió ni en mi cabeza, además a quien se le ocurría que alguien podía pasarse mas de 40 horas semanales navegando… si todavía no teníamos Internet….
Mi obsesión por las interfases y los media hizo que hiciera una segunda carrera universitaria (Ciencias de la Comunicación) en la Universidad de Buenos Aires también, donde mi tesina (1996) intentaba relacionar la teoría del caos, desde la perspectiva del Instituto Santa Fe (Prygogine), con la evolución de los contenidos en Internet.
En 1994 tuve mi título de especialista en psiquiatría y mis certificados de orientación sistémica. Por ese entonces mi vida era así: tenía casa, auto, huerta, esposa, dos hijos, perro, gato y pajarito.
En 1996 lanzamos con un amigo lo que creo fue la primera revista argentina online de cultura y tecnología en la red (Interframes) y un año después, por las mías, comencé a editar diariamente «Infolukasnet» que devino con los años en un newsletter que leían unas 25.000 personas/dia y que editaba en mi casa, en los ratos libres.
En 1999 publique «LinkAGE» un libro-diario de navegaciones en el ciberespacio que si bien tuvo limitado éxito editorial me permitió conocer personalmente a muchos de los lectores del infolukasnet; también por esa época tan poco propicia para los negocios organicé el primer Encuentro Latinoamericano de Realidad Virtual y con mi padre y hermano fundamos Virtual Tech Argentina.
Fundamos un Centro de transtornos relacionados con el uso inadecuado de Internet. Eso me abrió efímeramente las puertas de la televisión, la radio, los diarios y hasta las oficinas ministeriales, pero en ninguno de esos lugares he logrado que escriban bien mi apellido.
Hace unos años me formé como terapeuta cognitivo en el CATREC con Julio Camerini, y con un subsidio del Gobierno de la Ciudad, del Banco Santander y de la Fundación Galileo fundé un emprendimiento dedicado a la genómica.
He desempeñado cargos directivos para empresas de salud mental, diseñando y gestionando en clínicas de internación, hospitales de dia y consultorios externos pero lamentablemente he descubierto graves dificultades en el sistema general de la salud en Argentina que no están a mi alcance resolver, por lo que prefiero mi estudio y mi consultorio.
En 2013 publiqué la biografía de Don Pepe Amalfitani, básicamente porque quería leerla y no existía. Mientras espero que alguien escriba algo mejor sigo haciéndole algunas correcciones a la primera edición, que por suerte se agotó. Estoy cursando mi doctorado en Ciencias Sociales con una tesis que combina redes sociales, bigdata y la antropología de las locaciones.
Así fueron pasando los años, la verdad que la mayor parte del tiempo profesional atendiendo consultantes individuales, familiares y organizacionales.
Hoy en día, tengo que reconocer que el tema ciberadictos no me interesa en términos de médicos, mi interés se desplazó a concentrarme en la ciencia de las redes complejas (redología) como un área especial de la epistemología del conocimiento.
Es dificil explicarlo: redes sociales, memes, neuronas en espejo y conceptos primos parecen formar un magma donde flotan muchas cuestiones del sentido común que no logramos captar del todo, pero que aún necesitan mucho mas trabajo para su comprensión y para que pueda ser utilizado como herramienta de trabajo.
Actualmente, además de asistir a mis consultantes, me dedico a mi doctorado, mi pequeña emprendimiento tecnológico y a la docencia universitaria. Podría ser mejor, pero estamos en Argentina.
Cuando puedo juego al básquet, al ping pong y al ajedrez. Cuando me llaman por el tema Redes (que preferí rebautizar como «nética») doy charlas, conferencias, seminarios, charlas de cafe o discursos en la ducha.
Vivo en un barrio. Cultivo una mini-huerta y tengo secretos, como todo el mundo.
Como ya dije en otro lado, puesto a elegir, prefiero la Edad Media a la Modernidad. Hacia allí volvemos parece.
Mis gustos son dar vueltas y vueltas acompañado, algunas verduras al vapor, el celular y el buen vino tinto.
Disfruto bucear por la red de mentes, los documentales (especialmente «Viaje a las Estrellas») y la superposición de belleza femenina e inteligencia, cosa que me deja completamente de cama.
Tengo también un currículum formal.