Nacemos con un riñón de más. O mejor dicho con dos mitades renales de más. Es que esas dos mochilas que llevamos adentro de la espalda tienen reservas celulares que se mantienen intactas añares, para que las empecemos a usar luego de cruzar el medio siglo de vida. Como las reservas de los ejércitos, que aparecían cuando la infantería era aplastada por el enemigo, para que la batalla siguiera un poco más.
Sin embargo no siempre es así: en esta época de sobreinformación los tóxicos de las gaseosas, los aminoácidos, el stress, el síndrome metabólico y la vida maquinal oxidan estos repuestos antes de que podamos usarlos.
Agotados los riñones aparecen entonces la hipertensión arterial y toda su saga: cefaleas, infartos, accidentes vasculares, dietas y pastillitas.
Quizás lo mismo sucede con la mente colectiva: las redes sociales de las que formamos parte tienen sistemas de filtrado informacional con capacidades de reserva, tal como tienen nuestros riñones: desde el cine a las revistas, de la radio a la páginas webs toda esa trabécula opera colando lo importante de lo accesorio, lo compartido de lo íntimo, lo que dicen los que tienen la sartén por el mango de lo que dicen los que son fritados.
Cuando éstos dispositivos mediadores no dan a basto lo que sucede es la hipertensión informacional, con su estela de estupidez colectiva, síndrome del flautista de Hamelin, la re-invensión de políticos para seguir no trasnformando las condiciones de vida y un sinfín de tonterías colectivas que cada momento registran los noticieros.
Es como si la capacidad de crear y compartir creencias se embotellaran en las puertas de los multimedios, en los tubos de los teléfonos de línea, en las mismas tapas de los libros y se asfixiaran.
Que joda.
Por suerte parece que hay varios hilos por donde empezarle a este enredo, y es lo que entiendo que propone Bob Logan desde la escuela de Toronto: los medios son organismos vivos que tienden a sobrevivir y a evolucionar. Llegado el momento y puestos en situaciones límites hacen maravillas.
Cada tanto, en puntos que surgen repentinamente como sugería Jay-Gould, luego de largos períodos de aburrimiento, nuevos estilos cognitivos se hibridan con nuevos medios en un estallido de complejidad que resuelve el problema de la generación anterior. Surgen nuevos medios y desde entonces no hay vuelta atrás.
Como esas épocas en las que aparecen especies nuevas por azar y que barren con todo el equilibrio ecológico previo, los nuevos medios logran procesar la información generada sin afectar al organismo, sin infoxicarlo.
Aunque todavía llamamos nuevos medios a los “digital media, which are interactive, incorporate two-way communication and involve some form of computing as opposed to “old media” such as the telephone, radio and TV” (como dice Logan) ya llevan bastante tiempo entre nosotros, como esperando ser adoptados del todo.
OK, pero ¿eso es Facebook, Google, Twitter, Digg, Del.icio.us y Youtube?
Pues veamos la otra propiedad que les exige Logan para definir un medio: aparecer cuando el modo anterior a hecho caput, como un riñon sobreexplotado y listo para enfermarse.
Entonces parece que es así nomas, al menos al ver lo que ha sucedido con las protestas al G20: Londres y otras megalópolis fueron un hervidero de tweets seguidos en tiempo real por twitters y policías.
Así vamos tirando del carro de las sensaciones compartidas en estas generaciones de principio de siglo, en una sociedad en la que tenemos muchos pequeños mensajes para metabolizar.
Pienso que vale la pena tomarse en serio lo que decía Stephen Jay Gould: la evolución de las especies no necesariamente es un progreso hacia una conciencia mejor, superior o elevada, claro…. pero lo que me pregunto es: ¿podemos tomarnos algo en serio en un mundo twitt? ¿Y que sería concretamente hacerlo?
En estas cosas ando pensando miestras escribo los teóricos sobre Facebook.
Alejandro Renato
Me pareció muy interesante el tipo de enfoque usado para Comunicación social. Pensar que quise aproximarme una vez, en una charla cuando estaba en la Cat. Entel y me endilgaron positivista. Más allá de eso, estoy trabajando con temas como teorías evolutivas del lenguaje, tanto desde el punto de vista filogenético, como onto. El enfoque es parecido en algunos aspectos. Teoría de la evolución, selección natural y modelamiento matemático.