Hay que desnaturalizar y perderle el miedo a todo fantasma que ande por ahí, por más que sean esas cosas con nombres raros que mandan desde los nortes, contadas por periodistas bien adobados.
Pero esta consigna también vale para los cotidianos que atraviesan nuestras experiencias y hasta las transportan, como en mi caso es el tren que corta por el oeste la ciudad de Buenos Aires.
"EN LA VÍA... Ferrocarril Oeste - Un siglo y medio a medio andar...", sitio adonde llegué azarosamente, es un sano ejercicio de sana des-aprensión.
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