Nos despachamos con una de mis hijas dos películas de Pino Solanas en una noche.
Nos despachamos con una de mis hijas dos películas de Pino Solanas en una noche.
Con cierta mezcla de tristeza y alegría regreso por la ruta panamericana a Buenos Aires. Me he propuesto no hacer esos balances de fin de año rutinarios: ni económicos, ni afectivos, ni cognitivos.
Mientras avanzo pienso solo en ese extraño cartel que nos advierte que no caminemos ni circulemos en bicicleta.
Que dirán los próximos carteles?
Regreso triste por la enfermedad de personas queridas y por la entropía haciendo lo suyo sobre lugares y recuerdos anhelados.
Regreso contento por la llegada de nuevos seres a la familia y por cierto alivio económico momentáneo, que se respira en algunos lugares del país y del que algunas porciones puedo disfrutar de a breves porciones.
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