Hay, en esta imagen, alguna ternura, alguna obscenidad, pero sobre todo melancolía.
En algo me hace acordar a los bloggers.
A propósito: anda dando vueltas una noticia sobre del fin de los blogs.
En las comunicaciones que hacen los mismos blogs sobre el asunto pareciera que solo se discute quien es el heredero: si los microblogs, si las redes sociales, si las pantallas de los celulares.
Dicen o dirán los diarios: los blogs fueron, las redes sociales son mas creíbles, pocos quieren expresarse todavía como vejestorias de colegio secundario y sobretodo las redes son mejores para distribuir publicidad.
Está muy bien.
Volviendo a la foto diré que poco o nada se de ella: proviene de un campito en el oeste de la provincia de Buenos Aires, posiblemente en algún invierno de la década del 40.
Los personajes no son estrictamente desaparecidos pero con los siglos lo serán: uno de los jugadores murió de cáncer de pulmón y se me dice que "casi" sin haber fumado.
Algo me ha llevado a recordar la desaparición de personas, en la falta de memoria y en los usos de la memoria. Pienso en la ingenuidad y obscenidad en la que vivo. ¿Que me llevó a acordarme de estas cosas?
Pienso en la indiferencia con la que recorro la escena, en la velocidad con la que creo moverme. Ya mismo tendría que estar haciendo otra cosa.
Pienso en que "desaparecido" va a volver a significar lo que antes, en no mucho tiempo.
Quizás a más aceleración tenga menos capacidad de distinguir, como cuando se mira por la ventana del auto: pasan los postes uno tras otro al lado de la banquina.
Pienso en los blogs, en el fin de los blogs y en la indiferencia. Quizás los blogs no sean tan eficientes para acelerar la indiferencia.
En otra época hubiera pensado que ir más rápido permitía estar menos contactado con la realidad, pero ahora no lo creo: es crear una realidad veloz, simplemente.
Regreso a la foto. ¿Que hace ahí ese hombre de bufanda blanca? ¿Porqué la cámara se a puesto en un costado? ¿Porqué esas boinas? ¿Cual es el director técnico de los 12? ¿Donde están los arcos?
Los blogs existen desde antes de que a Tim Berners-Lee se le ocurriera escribir el html y persistirán luego de se queme la última pantalla, pero ¿qué preguntas harán al que los encuentre despreocupadamente una vez que se hayan ido, como yo a esta foto?
Me pregunto: ¿Cuando terminó el "conversar", el comentar? ¿Cuando dejamos de decir lo que se nos venía a la cabeza para que otro siguiera hablando?
Dice la noticia que los blogs murieron.
Yo me detengo en esta foto y la verdad, la encuentro melancólica.
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