"Abrete-Sésamo" es una palabra que aprendí en un cuento que leía de pibe.
En la primera lectura del libro "Cuando las cosas empiecen a pensar", de Neil Gershenfeld, lo había interpretado como si estuviera adentro de Las mil y una noches, es decir creyendo que era Alí Babá el que hacía abrir la puerta detrás de la cual se escondía el tesoro de los 40 ladrones.
Aquellos cuentos y sus ilustraciones eran tan fabulosos que seguramente fueron una de las buenas razonas por las que aprendí a leer.
Sin embargo, la re lectura que acabo de terminar me permite ver otra cosa y es que quizás era la puerta la que le enseñaba a los personajes las palabras mágicas, era la entrada la que "decidía" abrirse cuando reconocía o no a la persona indicada.
Esta Cuando las cosas empiecen a pensar me lo regaló Alejandro Piscitelli en la época que iniciaba su gestión en Educ.ar: 5 años después muchas cosas cambiaron para que nada cambie o algo cambie un poquito, al menos en las anteojeras con las que veo el mundo.
La Web 2.0, los iphones y las tridemensiones de Second Life o sus descendientes llegaron para quedarse, pero todos se han ido alojando sobre la avenida que lleva de las personas a las cosas, de los sujetos a los objetos.
Para este libro el asunto es diferente y esta idea es refrescante.
La historia del violonchelo le sirve a Gershenfeld de metáfora de como pensar la relación con la PC y de como no pensar el ordenador cuántico y porqué un Stradivarius no es lo mismo que un violín de iniciación.
Más allá de que desfilen desde Vannevar Bush a Alan Turing, pasando por la mecánica cuántica, la lógica difusa, los mainframes, los nadores, las redes neuronales, Yo-Yo Ma, los transistores, los ordenadores portátiles o la teoría del caos, lo importante es que todos son tratados con la falta de respeto que se merecen y acribillados luego con preguntas que no dejan títere con cabeza.
Agradezco la idea de los derechos de las cosas a tener identidad, a acceder a otros objetos y a detectar su entorno.
Estos "spimes" u objetos con derechos de la internet cero o "Internet de las cosas" me ayudan a ver un mundo mas complejo, mas abundante y mas enigmático, tanto como el proyecto "Fab Labs" que me permite soñar en un mundo donde un "Abrete-Sésamo" a bajos costos pueda devolver el acceso y el protagonismo a los nuevos y viejos actores del mundo.
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