Cuando Galileo Galilei tuvo que pedir disculpas a la Iglesia por haber osado pensar distinto nadie se imaginaba que siglos después recibiría una disculpa formal.
Casi todos nosotros somos pequeños galileos, lo que no sabemos es cuando microsoft, apple y el conjunto de sus accionistas vendrán a redimirse de sus pecados.
Mientras tanto tendremos que contentarnos con darle al cesar lo que es del cesar y salirnos por la puerta diciendo "y sin embargo se mueve"
Porque así como el Cielo medieval era de todos los creyentes, las redes sociales del siglo XXI son un procomún, un capital comunicacional coocreado y compartido.
Sin embargo mientras todos hacemos la web y ningún celular llamaría a otro si no hubiera un usuario dispuesto a trabajar para las telefónicas apretando el botoncito adecuado, un grupete se está apropiando de sumas exageradísimas, por esas mismas redes que construimos y a las que pertenecemos.
Ya lo hizo la Iglesia en su momento con Galileo, ahora les toca a las empresas de telecomunicaciones con nosotros.
Hoy el punto crítico no es la interpretación de la Biblia, sino el que una marca cuente con protección de propiedad intelectual y un prototipo con la correspondiente patente, más allá de eso todo sigue como entonces.
La buena noticia a mi modo de ver es que la única oportunidad que tienen las próximas aplicaciones de éxito a largo plazo es empezar a pensar en maneras de tener a los usuarios interactuando entre sí a fin para construir redes.
Como la imprenta lo fue para Lutero, la creación de redes sociales en smartphons es una gran ocasión que paradójicamente une a víctimas y victimarios, y el hecho de que las "nuevas iglesias telecomuncacionales" estén haciendo caso omiso deja la puerta abierta para que un recién llegado obtenga a largo plazo un buen pedazo de la torta.
Por ejemplo, la mayoría de las aplicaciones iPhone no están diseñadas para aprovechar el "efecto de red". Como iba a querer el genial Steve Jobs que nos hablemos entre nosotros para darnos cuenta del fiasco?
Los dispositivos moviles son objetos sociotécnicos, es decir sólo funcionan enredados.
Quizás no estemos lejos de un determinado dispositivo móvil centrado en las redes sociales. ¿Existirá un "Facebook" en el futuro para los smartphones?
Sería posible integrar DiSo (redes sociales distribuidas) de código abierto con los sistemas operativos móviles como Android y equipos abiertos como OpenMoko?
Muchas olas se van a sentir en este mar y una de ellas ha de ser una tremenda contrarreforma que vendrá con una nueva inquisición a cuestas y porqué no grandes artistas como algún Miguel Angel digital.
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