Leí que Nicolás Copernico escribió, en uno de los margenes del libro donde fundamentaba que la Tierra estaba en el centro del mundo, una nota en la que se recordaba a si mismo que las cosas serían mucho más fáciles, matemáticamente hablando, con el Sol como punto fijo.
Convocado por unas charlas que tengo que dar, estos días estoy reflexionando sobre el cotidiano de los psicofármacos y se me ocurrió que un movimiento parecido se podría intentar, sacando del centro a los laboratorios o a los médicos o al mismo "imaginario social" y ver que sucedía poniendo el centro en las "pastillas", dejando que las grageas hablaran.
Y lo que voy viendo es que como diría Copernico: así es mucho mas fácil.
El problema es que los piscofármacos se han mantenido en silencio por lo menos en los últimos 100 años y si dicen algo los hacen a través de sus portavoces autorizados, de sus delegados: pacientes, camisetas publicitarias, publicaciones de laboratorios bioquímicos, libros, almuerzos de marketing, blisters, médicos convencidos, familiares satisfechos, carteles en las farmacias, cajitas y por sobre todo el nunca bien ponderado boca a boca.
Mientras las ventas suben de a millones, cuando los médicos consumen el 30 % de su tiempo de consultorio llenando a mano extraños formularios de recetas llenas de cuadraditos (y otro tanto averiguando que quiere el paciente que se le recete), a pesar de que aparecen por acá y más allá los muertos de las guerras de las "mafias de los medicamentos", los psicofármacos, como los políticos cuando son denunciados en la televisión, se mantienen mudos.
Cual es el motivo de su silencio? Como se podría hacerlos hablar?
A las apuradas, uno podría decir que nadie está obligado a declarar y menos en su contra, pero no me propongo en estos posteos una acusación o un juicio de valor, muy por el contrario, quisiera saber que tienen para decirnos estos fármacos que apuntan a las neuronas, ahora que se han convertido en un estilo de vida mas que en un alivio para los malestares de la neurótica vida urbana.
Si como dice una nota el 10% de las personas de entre 16 y 65 años, el 8% de los universitarios y el 4,4% de los estudiantes secundarios los usen como sedantes o estimulantes, sin prescripción médica, creo que sería interesante que los invitemos a conversar, para que nos cuenten los secretos de su éxito o al menos de su proongada existencia.
Sin embargo, a pesar de su mutismo, los embajadores de los estupefacientes son muchos y todos vienen con presentes para convercer a los mas renegados. La Alianza Europea para el Acceso a Medicamentos Seguros (EAASM, por sus siglas en inglés) representa a los medicamentos legales contra los "falsificados".
Con la Junta internacional de Fiscalización de Estupefacientes Naciones Unidas y otros organismos nos machacan con la idea de que los remedios son seguros, son legales, son tangibles y sirven para curarnos.
Los medicamentos no son en realidad tan legalistas: robados, falsificados, la cocaína misma y hasta los abortivos se ofertan en miles de web, smss,cadenas de emails y hasta en algunos programas matutinos de TV. Ellos parecieran querer existir y circular, y lo consiguen.
Unos dicen que deberían estar bajo sospecha, pero en realidad todo funciona como un gran fliltro que sedimenta a las anomalias para que el sistema siga lozano y nuestras conductas repetitivas.
"Nosotros" dicen los psicofármacos en los decretos, somos vendidos en las farmacias autorizadas con recetas archivadas.
Inclusive en la Argentina el el Programa de Pesquisa de Medicamentos Ilegítimos (PPMI), desarrollado por la ANMAT, cuenta con profesionales especializados que trabajan en la purificación memética y bioquímica en establecimientos de todo el país, con el fin de combatir la comercialización irregular de fármacos, pero sobre todo funcionar como regulador del tráfico.
El mismísimo Colegio de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Capital Federal y hasta la Confederación Farmaceútica Argentina
se presentan de testigos si se los convoca y siempre van a hablar bien de sus jefes, los psicofármacos.
Que otros son reclutados, quienes son llevados en levas forzosas o contratados por los psicofármacos con los mejores honorarios?
Hay, desde ya, verdaderos ejércitos de médicos, no solamente psiquiatras, que casi no dudarán en indicar un antidepresivo IRS cuando uno nombre la palabra "tristeza", una benzodiacepina cuando uno hable mas rápido de la cuenta y porqué no un antipsicótico si uno le ha creído al cura, al rabino o parapsicólogo.
Pero esta verdadera masa blanca no es la única: elegantes visitadores médicos, como laboriosas termitas jefas recordarán a cada hormiga obrera (lease médico) sus obligaciones con los pacientes, que de a miles y miles esperaran que se les otorgue la palabra un rato, cinco minutos al menos, para aportar a la causa.
La realidad parece ser que toneladas de sustancias activas neurológicamente se movilizan todos los dias desde plantas donde se las produce al torrente sanguineo de millones de animales con o sin genoma humano y eso merecería alguna comprensión.
Voy a intentar avanzar unos milímetros más en el proximo post, que después de todo Copernico tardó mas de 30 años publicar sus ideas.
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