Lo venia sospechando y me lo confirmó Heloisa Primavera el otro día en el Seminario de redes sociales: Juan Domingo Peron estaba más dispuesto a criar ovejas en la Patagonia que enfrentarse al balcón el 17 de Octubre.
Si Evita no se hubiera juntado con Cipriano Reyes quien sabe si Argentina fuera hoy peronista.
Durante la primera de doce invasiones inglesas a Buenos Aires, en enero de 1763, John Mac Namara moría incinerado en la proa de la nave insignia británica, luego de que un fortuito disparo volara el palo principal y luego la Santa Barbara del Lord Clive.
En 1804 la familia de Carlos María de Alvear partía hacia España: el barco que trasladaba a su madre y a sus hermanos fue incendiado y saqueado por la cuatro fragatas inglesas. Lo llevaron cautivo hasta Gran Bretaña desde donde se planificaría la Logia Lautaro.
El gobernador Manuel Dorrego podría haber seguido otro camino hacia Santa Fe, pero decidió comerse un asado con el mayor Mariano de Acha, que a los postres lo enviaría a fusilar.
Unos años antes el niño Bartolomé Mitre casi se ahoga en el rio Salado, si no fuera que lo rescata Juan Manuel de Rosas.
El Grl. José María Paz fue capturado por el gaucho Francisco Zevallo en los campos de Calchín, cuando fue boleado su caballo por arriba de un arbol.
¿Y que si San Martín hubiera sido asesinado en Cubas, España, cuando lo asaltaron antes de llegar a América?
Ha Pichon Riviere se le caen unos apuntes al piso, los recoge Oscar Masotta, que se los pide y en Argentina se inauguran 50 años de análisis lacaniano y otros tantos de olvido del azar en Argentina.
Caminante no hay camino, se hace camino al andar: la estación Floresta cambió transitoriamente de nombre por el de Velez Sarsfield, donde se fundó el club del mismo nombre en 1910.
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