El senet era un juego de mesa egipcio muy popular, que se practicaba haciendo avanzar fichas en un tablero de treinta casillas, de las cuales algunas eran peligrosas y otras daban buena suerte.
Todo el mundo sabía jugar pero, paradójicamente, se han perdido las reglas de como se jugaba, aunque se han podido reinventar varios reglamentos.
En la tumba del faraón Tutankamón se encontraron cuatro ejemplares de senets.
Algo parecido sucede en este 25 de mayo de 2008: sabemos que hace 200 años se jugaba un juego, pero ya no sabemos cual.
Esa es una de las conclusiones que se pueden empezar a sacar despues de leer "Los usos del pasado" de Manuel Cattarruzza.
Es que hoy una radio reparte banderitas a los automovilistas que, desprevenidos, se convierten en sus voceros de auspiciantes europeos.
Un representante del campo, un Llambias de patricia raigambre nacional y nacionalista, habla como si nada por la radio y al periodista ni se le ocurre preguntarle por el asunto.
Aquel otro periodista, en este caso pagado por otro patrón, califica de "fiesta" un acto del gobierno en Salta y anuncia al grupo musical "Los nocheros"; sin embargo, apenas escapo por el dial, otro vocero, de otro multimedio, se pregunta por los beneficios que sacarán estos cantantes por subirse a ese escenario.
En uno de los actos, ya no importa cual a esta altura de la mañana, hacen listados de quien habla primero y quien habla después, mientras unos peones casi seguramente contratados en negro y pésimamente pagos mueven los tractores desde la plaza de la ciudad hacia las chacras: así se lo ha mandado el patroncito.
Es cierto lo que dice Cattaruzza: los usos del pasado tienen una intención, un fin en el presente, como toda retórica.
El himno, el gaucho, el folclore y otros hitos significativos fueron puestos sobre la mesa y hoy asistimos a otro de los banquetes del 25 de mayo.
No se porqué me puse ayer la escarapela, quizás podría estar comiendo un Mariano Moreno de chocolate o una gaseosa se podría llamar Saavedra.
En un rato me voy a ver Velez - Boca y nadie entenderá que cornos estaba haciendo un día como hoy, dentro de 3 mil años.
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