Siempre me intrigó como algunos jugadores de ajedrez sacaban jugadas de la galera.
Cómo convertían la posición más insípida en un revoloteo de afiles, caballos y damas que, además, debían re-posicionarse con tanta justeza que todo el vértigo apuntara casi indefectiblemente al jaque mate.
Claro: esta pregunta se me agudiza ahora, que leo que el 2007 será el año récord en quiebras familiares y que todo el contexto, según un exhaustivo estudio del Economic Policy Institute, es el de una creciente desigualdad en USA, principal locomotora de lo nuevo y de lo malo en este planeta.
Quizás el misterio se resuelva con blending: un mecanismo cognitivo que opera simultáneamente sobre dos "chunks" o espacios mentales y forma a partir de una selección de estos espacios un tercer espacio mental, el blend.
El blend tiene carácter emergente, en el sentido de que desarrolla estructuras no previstas en los chunks primarios, independientemente del dominio conceptual del que se trate: ajedrez, economía política o vida cotidiana.
El blending, que conecta genética con lingüística cognitiva y marketing entre otras cosas, es un mecanismo central de la cognición, porque participa del bricolage adaptativo que es vivir y sobrevivir en el intento.
Mediante el blend emerge una configuración nueva de relaciones que no existían ni en la estructura fuente ni en la estructura meta, pero que permiten articular la mente con su entorno de una manera eficiente. En el caso del ajedrea ganando la partida, en la economía no llendo a la quiebra familiar, en la vida cotidiana pudiendo entender como diablos se abre este frasco.
La Teoría de Blending discrimina entre blends innovadores (on-line blends), que poseen un bajo grado de fijación cognitiva, de los blends opacos (rutinas, convenciones (entrenched blends), que se caracterizan por el alto grado de fijación.
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