Comenzó el taller que David Mcintosh dictará en la Universidad de Tres de Febrero, sobre estética y teléfonos celulares.
No es que me lo merezca; me invitó Ricardo Dal Farra, director del Centro de Experimentación e Investigación en Artes Electrónicas (CEIArtE) y uno de los pocos que tiene en cuenta que ando husmeando todo lo que tenga que ver con celulares.
Y no se equivocó Ricardo: David es, entre otras cosas, profesor de Estudios Mediáticos en el Ontario College of Art and Design en Toronto, Canadá, en los papeles, pero un tipo que realmente transpira la camiseta en sus clases. Y justamente gente que transpire inteligentemente es lo que estoy buscando para mi proyecto "Pulsionte", que podré comentar a los alumnos en el próximo encuentro en la Universidad.
Ayer, después de problematizar la situación macro política de la industria del celular, que por supuesto es económica y para decirlo claramente monopólica, tanto en Argentina como en Canadá, David nos hizo un recorrido por experiencias estéticas recientes, que trabajan descentrando la metáfora del celular como "caja negra" que simplemente está ahí, inocente, para ser usada.
Por otro lado, cuando alguien arranca con el tema de las redes y proyecta la diapo con la famosa imagen de Baran, describiendo los tres modelos que se conceptualizaban al momento de fundar Internet, me digo que vamos bien.
Como siempre, me quedé con las ganas de discutir sobre "efecto pequeño mundo", "lazos largos" y topologías de la emergencia, pero ya habrá tiempo.
Pero volviendo al celular la idea de David me gusta: ya bastante tenemos que aguantar la metáfora insulsa del escritorio cada vez que nos sentamos frente a la computadora como para que dejáramos que nos hicieran lo mismo con los celulares.
El tema es que las cosas no son tan simples, porque se trata ahora de artefactos más livianos, plegados, más cerrados, mas cajanegrizados.
Sin embargo Mcintosh le encontró la forma de sacarle el jugo al Bluetooth y al GPS y con esta materia prima intangible trabaja en una red de investigación enfocada al diseño de juegos interactivos para teléfonos celulares.
En esa calidad presentó "Embrujo", un juego que mezcla estructuras narrativas de ficción con hechos reales y emplea espacios físicos locales, reinventando los usos del teléfono celular.
Es que el ubicuo teléfono celular se ha convertido en el medio de comunicación más popular del mundo, un medio que está participando en cambios profundos en la manera en que experimentamos, ocupamos y atravesamos el espacio físico y público. Sin embargo todo esto se da en un contexto donde se criminaliza la vida cotidiana al mismo tiempo que se declaran "zonas liberadas" en los barrios de la ciudad, se nos involucra en supuestas guerras a favor o en contra del terrorismo por doblar la esquina en el sentido equivocado y todo eso y mucho mas enlazable con la idea de que estamos cada vez mas lejos, cada vez mas aislados, cada vez mas distanciados, cuando a decir verdad podríamos vivir mucho mejor.
Bien lo explican los estudiantes, mal que le pese a algunos profesores de pizarrón y tiza:
Escribir un comentario