Terminaron las elecciones y en todos los medios se habla del "comportamiento de las ciudades", de "bunkers" y de lo terrible que está el tráfico.
Se habla de tendencias. Los medios nos mantienen en contacto con las tendencias. Trends.
Se comportan acaso las ciudades? Sucede realmente algo en el bunker?
La idea de este posteo es que sí, que las ciudades actúan y que algo palpita en los bunkers, que tienen conductas, es decir crean. Pero como "pescar" ese comportamiento?
Desde los sonidos urbanos de los bordes de las ciudades, a los urbanos sonidos de los pájaros sobre el cableado, todos los sentidos y todas las emociones humanas ciudadanas pueden ser ahora motivo de intervención estética, recurriendo a mixturas con tecnologías médicas, con el diseño urbano o la recuperación de lo culinario público.
Muchos, peor especialmente los canadienses vienen trabajando en estas cuestiones raras hace décadas. El comportarse puede ser convertido en engaño, que para eso está el lenguaje, pero el detector de mentiras no es tonto. Algo conecta dentro de las cabezas las emociones con las imágenes de la ciudad, algo atraviesa la capa de palabras y se expresa en los cuerpos: pálpitos, disneas, bocas secas.
Derrick de Kerckhove, discípulo de Marshall McLuhan, viene trabajando conceptualmente los efectos mutuos que se producen entre los medios electrónicos y los cuerpos humanos.
Trabaja en el Centro de Cultura y Tecnología de la Universidad de Toronto, donde acuño el concepto de "psicotecnología colectiva".
En esa misma vertiente, en el Media Analysis Lab de la Universidad Simo Frezier de Vancouver, Steven Kline ha experimentado con los factores corporales asociados a la toma de decisiones y el comportamiento social.
Entre otros, el consorcio interuniversitario canadiense Hexagram ha realizado una intensa exploración de las posibilidades estéticas de la tecnología móvil.
En fin, de esta red de estos conceptos es que pienso hablar mañana en la UNTREF.
Escribir un comentario