El premio Nobel de 1906 reunión a Camilo Golgi y a Ramon y Cajal, dos pioneros en la comprensión de la anatomía y fisiología de la materia gris.
Por cierto que no estaban de acuerdo y para demostrarlo discutieron hasta en el día de la entrega del premio.
Podría haber sido una de argentinos, tranquilamente: Golgi era un tano calentón que consideraba que el sistema nervioso estaba constituido por una red difusa intersticial. Cajal, por el contrario, había propuesto su teoría neuronal con una persistencia que cualquier gallego del Buenos Aires de la época hubiera envidiado.
La terquedad de Golgi y la insistencia de Cajal los acompañarían en su disputa de decenios, que apenas se apagó con la muerte del primero, 20 años después de que el premio Nobel los uniera como a siameses celosos.
Para la historia, el gran derrotado fue Golgi y su fundamento en el reticularismo de Gerlach, una idea que privilegiaba las relaciones por sobre los nodos, lo borroso mas que lo diáfano y lo complejo encima de lo simple.
No eran épocas para semejantes concepciones: Cajal en cambio hacia hablar a las neuronas como si fueran personitas que buscaban con quien conectarse, que elegían muy bien con quien hablar y en que momento, que recibían información, la procesaban en un cuerdo cuerpo neuronal y luego emitían sus opiniones desde un largo axón. Sin duda, el español era mucho mas "políticamente correcto" que su arrebatado contrincante.
Dijo Cajal: "Nosotros que nunca hemos podido ver una malla de semejante red, ni en el cerebro, ni en la médula, ni en el cerebelo, ni en la retina, ni en el bulbo olfatorio, etc., creemos que es hora ya de desligar a la histología de todo compromiso fisiológico, y adoptar sencillamente la única opinión que está en armonía con los hechos, a saber: que las células nerviosas son elementos independientes ... y que la propagación de la acción nerviosa se verifica por contactos a nivel de ciertos aparatos o disposiciones de engranaje."
Quien lo hubiera dicho, un siglo después Golgi empieza a tomarse revancha: nada mas ver el artículo publicado en la revista Neural Networks donde se muestran las similitudes topológicas entre el cerebro y las redes sociales, mediante el uso de técnicas provenientes de la metodología de las redes complejas.
Que tul!
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