Basta acercarse medio dormido hasta el televisor y patear sin querer el cable, como sucedió antes de grabar el video de este post y luego ponerse a hojear el diario del domingo por arriba, para entender porqué, entre otras cosas, Internet ha dejado de funcionar en Buenos Aires.
Por un lado, las noticias pagas de los grandes medios de comunicación informan de las inversiones de la empresa Cablevision y de las mejoras de la velocidad de su hijastra abandonada Fibertel, por otro, la realidad nos informa que la velocidad de conexión de Fibertel es lamentable y que los canales que ofrece Cablevision, si bien se ha fragmentado la oferta en casi 100 canales, se dedica a transmitir más y más publicidad por la que luego me factura.
Es decir: virtualidad por acá, realidad por allá y un punto de bifurcación que nadie encuentra, excepto el banco que maneja mi cuenta y débitos.
Todo esto es lo más normal del mundo, de acuerdo a lo que se puede leer en Clarín:
1- El volumen diario de operaciones cambiarias mundiales (3,2 b de u$s) representa varias veces el de operaciones reales.
2- En Argentina aumentan fuertemente las reservas, a fuerza de capitales especulativos.
3- En su intento de evitar crisis financieras globales los economistas del FMI se limitaron a ver que sucedía mientras explotaba la burbuja hipotecaria, lo que produjo una crisis global.
4- Las calificadoras de riesgo (Moody, Fith, S&P) son financiadas por los hedge funds que prestaron a insolventes calificados como AAA (cero riesgo), a quienes ahora rematan.
5- Mientras el marketing se convierte en una burocracia de lujo, los clientes son mayoritariamente calificados (35 %) como "resignados" (compran ofertas, envases mas pequeños, eligen marcas de segunda).
6- Los empleados son advertidos de posibles sanciones por uso inadecuado del email en la empresa (Estudios Hope, Duggan & SIlva), al mismo tiempo que se postula que Internet es una revolución similar al ferrocarril como impulsor de la revolución industrial.
7- Un servicio de asistencia psicológica gratuito asiste a empleados desorientados respecto a que pueden y que no pueden, gracias a la contribución de empresas como Wal Mart, Ford o Esso.
8- Se recomienda estudiar filosofía para dedicarse a la publicidad, pero una lectura cuidadosa de los clasificados no encuentra ninguna solicitud en ese sentido.
Así las cosas todo se representa a nuestro alrededor, se convierte en signo, se virtualiza y se aleja de la realidad, mientras trato de bajarme alguna cosa de Internet, mientras trato de encontrar algún documental digno de verse.
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