Nadie puede desgajarse de su contorno. Nadie puede ignorar su paisaje. Podemos anestesiar, nada más.
Estamos hechos de lo que creemos que nos rodea. Somos los monos y el árbol.
¿Quien echa a quien de los bosques? ¿Tenemos los entornos que nos merecemos? ¿Donde se alojan esas nubes de signos, si flotan en los satélites? ¿Que lógica se apropia de todas estas formas intangibles?
Hace un año pensaba en el asunto de la WEB 2.0 y esas cosas cuando hice mi presentación en Liminar.
Escribir un comentario