Viendo las cosas que hay en el newsletter "Sin permiso" me lo vengo a a encontrar a Paul Krugman, uno de los autores de los que más he aprendido de comunicación y sociedad, a pesar de que es economista y que sólo le leí un par de libros, aunque eso sí muchísimos artículos en diarios de papel y en Internet.
Lo que dice Krugman es que en el mundo hay patrones que tienden a repetirse. Vaya novedad! Pocos se quedan con mucho. Parece como una especie de destino. Si, claro. Pero los patrones van más allá de la economía: por ejemplo, fijémonos en la imagen de la derecha; pueden reconocerse distribuciones de datos que no deberían estar distribuidos. De arriba a abajo son la frecuencia de la ocurrencia de palabras en la novela Moby Dick de Herman Melville, la distribución de grupos de computadoras en Internet, la severidad de ataques terroristas en todo el mundo medido desde febrero de 1968 a junio de 2006 (segun el número de las muertes) y la frecuencia de notas en los cantos de las especies del pájaros en USA.
Vaya, las power law son a primera vista una mano invisible que nos espanta, no solo porque lo dijo el diablo Adam Smith sino porque podemos llegar a pensar que esta todo pre-determinado y eso nos reenvia de regreso al mismísimo Calvino. Así no vale!, me dijo un alumno hace un par de años, no puede ser que las cosas funcionen así!.
Y estas y otras cosas se me venían a la mente y a la pantalla porque le ando dando vueltas al asunto del origen y desarrollo de los barrios y de las instituciones y mentalidades que los habitan o los habitaban, y viendo el asunto de los números me encuentro que el incremento de pobreza atrapa no solo a las familias y sus generaciones, sino también a lo talleres, las fabricas, las mujeres que cosen a pedido, las panaderías, los autos que entran al chapista o las discusiones en las asambleas del club. La brecha se abre sin parar, lo que era una fisura ahora es un abismo que separa bienes materiales e intangibles, espacios privados y públicos, alimentos, dosis, esperanzas de vida, horas y lugares.
A poco de andar con esto en la cabeza, la pregunta que uno se hace es ¿Como retrocedimos tanto? ¿Acaso desestabilizar el sistma no nos llevaba a la trasnformación?¿Cómo es que las clases medias han quedado tan diezmadas que solo apelan a pedir desde el piso que les dejen de pegar?
Krugman es efectivamente un economista, pero que habla de las fuerzas que se mueven en el trasfondo de su disciplina. La política, la tecnología, la ecología o la izquierda liberal "transmiten" sus morfismos, "pasan", median a través de lo que entiende como una trayectoria que resulta ser, claro, la economía. Un ejercicio que otro autores también practican.
Contemporáneo a los planteos de Mark Newman, nos ayuda a pensar en la importancia de lo territorial en las redes, en la economía, en la comunicación social.
Otro tema al que no le escapan estos tipos es a la impresionante distribución power law de los datos recogidos empíricamente, independientemente del campo escarbado, como planteábamos al principio.
Sea como fuere estos dos autores me llevan a pensar en uno tercero, Bruno Latour, que propone una versión más allá del destino horrible pero a la vez inevitable en el que parece nos hemos metido como especie en el planeta, llámese desastre ecológico, desigualdad brutal, inseguridad global o como se quiera. Se puede hacer mucho, dice Bruno Latour, pero hay que pensar en redes.
Volviendo a las power law, la propuesta de Krugman es aumentar la capacidad del 80% más pobre de la población para hacerse con una parte mayor de la torta. Se trata de torcer la pendiente, aceptándola ¿Podemos volver atrás, en cuanto a la distribución de recursos? "De eso se trata, y creo que cuando lo logremos, nos sorprenderemos de la facilidad con que conseguimos volver atrás, desandando al menos una parte del camino, y regresando al tipo de sociedad de clases medias en la que creció la gente como yo".
Veremos si Nacho se trae alguna pista más del próximo congreso.
Escribir un comentario