Buceando en Internet, confiado en la serendipia, a punto de atragantarme con urls infoxicantes, me encuentro con la reciente muerte de Anatol Rapoport, un matemático ruso citado como uno de los fundadores de la redología por Duncan Watts. Rapoport trabajó en teoría del juego y si no fuera por la falta de datos y de computadoras hubiera llegado mucho más lejos: Maximo Valentinuzzi fue uno de sus alumnos e impulsor del Instituto de Cibernética de la Sociedad Científica Argentina. Las vueltas de la vida me llevaron a trabajar con algunos de sus hijos intelectuales, que integraron en aquella época el CEA (Centro de Estudios de Autonomía y Auto-organización).
Otros clicks me llevan al Laboratorio de Investigación y desarrollo en Comunicación Compleja y una serie de protocolos ciberculturales y al concepto de sistemología interpretativa. Estoy buscando un poco al azar, un poco estructuradamente.
Más allá o más acá aparecen más sitios: el el médico Alejandro Gustavo Sabatini esboza proponerse como referente en la temática complejidad e interacción humano máquina, el Journal de sociocibernética, el Instituto de sistemas complejos de Nueva Inglaterra , el Lugano Summer School o el próximo 2nd Symposium on Knowledge Communication and Peer Reviewing (KCPR 2007) que se realizará en Orlando, Florida en Julio de este 2007.
Abandonado a la emergencia, borroneando ideas para mi presentación en la Fundación Telefónica, terminé en la Asociación Latinoamericana de Sistemas.
Pero mas allá de lo que decían los expertos, pensé: ¿que hacen los "internautas" con todo este magma de nuevas y viejas ideas, tecnologías y lenguajes?
En estas preguntas estaba pensando, cuando escribí este post.
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