En la pequeña biblioteca de mis padres hay varios libros de EMECE. Alguno de esos todavía lo uso cada tanto en mis clases de epistemología del lenguaje, especialmente el Libro de arena en el que se describe a otro libro en el que el número de páginas es exactamente infinito.
Un libro en el que siempre se interponen varias hojas entre la portada y la mano, por más meticuloso que uno sea. Un libro como Google.
El primer año de democracia fue una primavera en Buenos Aires. Con unos amigos adolescentes, entre los que si no me equivoco estaba Alejandro Patat, fuimos a escuchar a Jorge Luis Borges, que daba una charla en un comité de la Unión Cívica Radical, sobre la Avenida Monroe, en el barrio de Belgrano.
En realidad aquella noche Borges habló con el público, después de algunas breves reflexiones propias sobre el empedrado, las calles de Buenos Aires y el antiguo arte del cuchillero, o "navajero". Al respecto dijo que un "valiente usa puñal corto, porque más no necesita".
Borges era un animal escritural completo, pero solía decir que el valor de los símbolos está en que el discípulo sea mejor que su maestro. De algún modo él sentía que no había podido alcanzar a Virgilio, por lo que su testamento no podía ser otro que un "olvídense de mi lo antes posible".
Mi auto se detiene en el semáforo, en el barrio Palermo viejo. Paradójicamente, la calle "Serrano", ahora convertida en "Borges", es utilizada tanto por turistas como por los mismos porteños para huir de Buenos Aires, para darse un respiro de la ciudad inmunda y para escapar de los restos de esos arrabales que se le habían "hecho entraña" a Borges.
En el auto de al lado el conductor se entretiene viendo un DVD, junto al volante. El tránsito es mas que lento, pero es en toda la ciudad, no problem.
De Borges me estaba acordando, mientras el embotellamiento de las calles y avenidas demora mi regreso. Repasaba cierta pasión por el llegar y las cosas terminadas, que hemos heredado de los romanos, que usaban los números solo para dar el resultado, porque el cálculo se hacia en tablas de cálculos.
Poco a poco los servidores han reemplazado aquel ábaco. Me pregunto si el hecho de que google sea ahora la marca más valiosa del mundo no tendrá que ver con esa pasión por el resultado, por el cuchillo largo. No por el cuchillero.
Me preguntaba eso y otras tonterías, mientras avanzaba, a paso de hombre, sobre el asfalto de la ciudad.
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