Anduve por el cementerio de la Recoleta, inaugurado hacia 1822 donde antes funcionaba el convento de los recoletos.
Apenas uno empieza a caminar se tiene que tragar carteles que lo quieren llevar a lo de Domingo Faustino Sarmiento, que dios lo tengo en su gloria, bien allá arriba.
Pero mi senderito tenía otra dirección cual era la de llegarme a lo de Manuel Dorrego, ahora que estoy leyendo su labor parlamentaria, periodística y epistolario compilada por Antonio Dellepiane.
Por lo que voy leyendo tenía una fluidez en la cabeza pocas veces vista, especialmente en las transcripciones de sus discursos en el congreso de aquellos años.
Vaya una pequeñísima muestra del discurso del 2 de octubre de 1826: "...muchas veces lo bueno es enemigo de lo mejor. La mejor legislación es la más acomodada al estado del pueblo que la recibe..."
Me acordé que su entierro fue posiblemente mas significativo que el de Evita y que su asesino y conjurados descansan (o se revuelven) hacia los fondos del cementerio.
Respecto a su tumba, si hay alguien relacionado leyendo: arreglenlé el vidrio del techo, que se llueve adentro. Les mandé un email a los del partido federal (tendrán algo que ver además del nombre?) que tenían puesto un cartelito junto a sus restos.
Veremos.