Promulgada la Ley de control de tabaco la guerra entra en su clímax.
Porque a pesar de todas las buenas noticias que nos provee el Ministerio de Salud la guerra continua, al menos en Argentina:
8 millones de fumadores
30 % de los adolescentes fuma
el tabaco es adictivo
25 % de los fumadores muere prematuramente
6000 no fumadores mueren por año porque a otro se le ocurrió tomarse la libertad de fumar en su presencia.
Todo esto viene a cuento de que mi amigo el Dr. Gabriel Fueyo anda conversando sobre el tema en los medios de comunicación y me gustaría aportarle dos ideas a su nutrido arsenal anti tabaco.
Primero: Dada la situación actual TODOS somos enfermos terminales de cáncer de pulmón. Solo el milagro, el tiempo o la estadísticas nos mantiene en un engaño provisorio, pero que afecta a otros realmente y virtualmente a cada uno de nosotros. Por lo tanto cualquiera que este a favor del tabaco esta en contra de los enfermos terminales y por lo tanto está en contra mío.
Segundo: La lucha no debe darse contra el tabaco, o el fumar acá o allá, la lucha es contra la "fumidad" misma.
Qué quiero decir.
Supongamos que un grupo de fumadores decide contratar un bar, sellar todas las puertas y ventanas y dedicarse a fumar, fumar y fumar hasta reventar como sapos.
Cual seria el problema?, después de todo cada uno es libre de hacer lo que quiera.
El problema para mi es la fumidad, es decir que fumando en alguna de las ventanas del bar, nuestro fumador sea visto por un chico camino a la escuela, que a partir de ahí estaría infectado con la fumidad, la idea memética de que es posible fumar, de que existe el fumar y que se trata de elegir o no.
No queremos educación anti tabaco.
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