Uy! Pasaron muchos años de aquella tarde en que Patricia me dijo que ella era muy chica en el 76. Muy chica como para sentirse partícipe de la época de los gobiernos militares en Argentina.
Mientras charlábamos daba vueltas un CD de divididos, en el que la canción decía algo sobre irse a vivir al paraguay. Pero con el tiempo descubrí que vivíamos en Paraguay, porque despues de todo Buenos Aires fue fundada por los paraguayos de Asucnción, no?
Paraguay yo lo asocio con militares, o personas vestidas como tales, dando entrevistas por televisión.
Desfiles y desfiladeros
En los primeros setenta con mi hermana eramos llevados a ver los desfiles militares, desfiles que ahora sabemos existian desde la época de la colonia y de la declaración de la independencia política, hace casi 2 siglos.
Yo veia las largas columnas de soldados pasar desde los hombros de mi abuelo. Buenos Aires era tan frio en invierno que llevaba un gracioso sombrero con orejeras. Miraba los pasos coordinados, los cascos, los tanques.
Le preguntaba a mi abuelo si Argentina era como Francia y el se reia.
Los desfiles eran saludados por la gente en la calle, se cantaba el himno y se decia que aquellas tropas eran como las que habían protegido al pueblo del maltrato de otros.
Diez años despues, en los ochenta, íbamos desde la facultad a la plaza de mayo, a dar la vuelta con las madres.
Miren a la pirámide decian algunos, porque habia cámaras apuntando desde todos lados y uno no queria ser la proyeccion del dia en el cine de los oficiales.
Una década despues, ya en los noventa, no protestabamos contra la manipulación, contra la subestimación y veíamos el mundo a traves de la pantalla. Veiamos a unos y otros perdonarse.
Hoy parece que estamos llegando a la pasteurización de aquellas experiencias: como un cuero estaqueado al sol para los turistas, los últimos retazos de aquella generación se van secando, volviendo polvo, se van hacia el olvido de la memoria.
Y yo pienso que ya no van a ser iguales los 24 de marzo.