En un posteo anterior empece a describir como las cosas de agrupan. Un monton de granitos dispersos homogeneamente, despues de un tiempo de interactuar con su entorno y entre si, se agrupan como si tuvieran cierta inteligencia, formando pequenias ciudades de semillas. Pero tambien sucede que la arena, dentro de una botella, despues de un tiempo se segrega en capas muy vistosas.
Pero si queremos avanzar con nuestro pensamiento aca esta la trampa en la que caemos una y otra vez: tendemos a partir del pre-concepto de los estados iniciales y finales y vemos todo lo que esta en el medio como una trasicion, un desequilibrio que nos lleva a otro equilibrio, nada mas.
Vemos todas las pelusas del arbol dispersas o agrupadas y las fases que las conectan...., bien gracias. El asunto es un caos, literalmente y por suerte hay mucha gente balizando el lugar hace tiempo.
olor, tacto, vista, sonidos...
Tratemos de seguir a Schelling, releído por Krugman, como hicimos en el otro posteo.
Empecemos buscando las reglas que conectan el "comportamiento" de las pelusas del plátano, una vez que caen del arbol y quedan distribuidas por la vereda de mi casa:
1- una pelusa tendera a unirse a otra pelusa con la que se encuentre.
2- una pelusa tendera a unirse al grupo de pelusas mas amplio que encuentre.
3- las pelusas tienen horror al movimiento, buscaran ponerse donde menos factores las afecten.
Entonces rebobinemos: caen las pelusas del plátano y se distribuyen homogéneamente por la vereda.
Despues de un tiempo A (tA) se forman grupitos de pelusas de diferentes tamaños.
Al tB vemos que los grupitos menos agraciados en volumen tienden a agregarse a los grupos mas grandes, ampliándolos y haciéndolos mas atractivos que otros, que descartan los pequenos grupos.
El conjunto de estímulos (viento, pisadas de los transeúntes, los changuitos de las viejas, los pibes que salen corriendo de la escuela, etc) favorecen que los paquetes de pelusas formados tiendan a ubicarse en lugares protegidos.
Así llegamos a la foto final, donde las pelusas quedan todas apelotonadas hasta que el basurero se las lleva con el escobillon.
Encontramos una emergencia a partir de una distribución aleatoria: la información contenida en las reglas del modelo (Schelling) confirman que de una idea local ("prefiero pelusas") emerge un comportamiento global muy simple.
LLegamos al punto inicial, pero tratemos de ver un poco mas allá. Convirtamos las pelusas en personas y que me perdonen las personas muy psicoanalizadas.
Recuerdo que en las fiestas de adolescente las chicas se iban todas para un sector y nosotros como unos pavos terminabamos en el rincon opuesto.
Indudablemente hay pelusas y pelusas. O pelusos. Schelling planteara para este caso que si las reglas que lleva cada persona, sus "micromotivos", incluyen algo asi como la regla "prefiero estar con personas parecidas a mi" una reunion en la que todos van llegando y distribuyendose azarosamente al principio terminara con muchachos y chicas separados.
Pero he aqui que las personas tienen intenciones, dice Schelling. Las personas quieren eso que no tienen, que las hace diferentes, pero a la vez quieren pasar desapercibidas: por ejemplo cuando llegan a un auditorio tratan de sentarse en las zonas donde ya hay sillas ocupadas.
Little Boivia
Epa. Parece que las cosas se complican. Existen reglas que organizan el agrupamiento de las pelusas y las personas, pero estas ultimas tienen a su vez reglas internas: sus intenciones.
Fui a caminar por el barrio. Me fui hasta la estación de Liniers. Trataba de conseguir maca, esa raíz que usan los futbolistas peruanos. De paso estuve sacando algunas fotos de los negocios bolivianos.
toque, huela!
Parece que los bolivianos quieren estar con los bolivianos y los argentinos con los argentinos. Pero cuando los bolivianos se agrupan mucho empiezan a aparecer aquellos que desean estar entre bolivianos, si, pero integrandose.
Tienden a salirse, pero al hacerlo arrastran algunos integristas: se van formando grumos bolivanos en la ciudad de Buenos Aires, grumos que cargan con practicas culturales como unas maravillosas tiendas donde se venden vegetales al tacto, al olor mas que a la vista, percepción que no obstante no menosprecian.
Los bolivianos que llegan a alguna zona de la ciudad, por el caso, el barrio de Pompeya, empiezan a atraer mas bolivianos, que a su vez segregan a los argentinos del barrio. Pero después de un tiempo las tendencias integristas encuentran donde florecer en tanta segregación: otro barrio recibirá a la comunidad del altiplano.
En fin, hoy es día de elecciones, así que en otro posteo tratare de descular porque nos segregamos e integramos.