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21 de Junio 2008

Mujeres T

mujerperro.jpg A medida que se suceden las épocas, uno empieza a poderlas reconocer como cajas donde quedaron archivados formas de vida, objetos, memorias, soportes, modos.

El gaucho arrastra consigo la pampa del siglo XIX, Patoruzú buena parte del siglo pasado y el SIDA las últimas 3 décadas.

Tirando de los hilos correctos puede venirse el cajón completo de una época, si sabemos de donde.

Lo femenino también queda enlazado a esta lógica: los guantes y las escaleras de la primera Mirtha Legrand angelical fueron cambiando por los pechos lácteos y sesentosos de la Coca Sarli y luego por la libertad sexual de la Susana Gimenez de los setenta.

Después vinieron los chistes masculinoides de Moria Casan en los ochenta, la progresiva erección de Yuyito Gonzalez hasta la conversión en un mismísimo pene en las Araceli en los noventa y luego su reinvención y telecirugización en la sobrina de Palito Ortega (Luciana Salazar).

Mujeres que pueden servir de mojones, de banderitas plantadas en momentos importantes, pero poco nos dicen acerca de lo que estamos viviendo.

Yo creo que para empezar a bocetar esta mujer del 2010 hay que ver Bailando por un Sueño, hay que ver sobre todo como está editado, donde es ubicado el telespectador para que reconozca unas cosas e ignore otras y sobretodo para registrar que agentes son convocados para nombrar a la mujer.

Como es, entonces, la mujer Tinelli?

Ante todo tiene un cuerpo brillante, escultural, trabajado en forma y movimiento. Es una mujer que se ha entrenado intensamente para no quedar afuera, aunque sabe que tarde o temprano le bajarán el puntaje, le sacaran el presentismo y finalmente no le dará el promedio más que para representar a los excluidos.

El coach, el escribano, el "jurado" y el mismísimo Tinelli hacen de escenario, como si fueran el verdulero, el ascensorista, los compañeros de oficina y el compañero en la vida.

mujermoria.jpg La mujer Tinelli aparece acompañada por un bailarín-amante que es una especie de chico de Divito: un cuerpo dibujado y un corazón que a la primera de cambio se tiene que poner a llorar, lamentarse por un esquizofrénico que se ha quedado sin haloperidol o arrastrarse como un perro lamiendo el aceite del piso.

Ella habla con Tinelli, a ella se le administran los puntajes, a ella se le hacen los primeros planos, ella es la que revuelve el culo por una justa paga. Ella es la que saldrá en las revistas.

De cierta manera es una mujer completa: el hijo puede comprarlo en un banco de esperma y el dinero puede conseguirlo en el spa que pondrá con un amigo político, pero para eso tiene que terminar, tiene que pagar el derecho de piso, tiene que desmenuzarse hasta su expulsión.

De alguna manera tiene un software en el cuerpo y debe ser performativa: se le castigarán las caídas, las asimetrías, las faltas de ritmo, todo lo que no haya sido puesto en el plan de negocios

Es una mujer, la mujer T, que es vocera de un grupo, de un rejuntado de vecinos reclutados por los asistentes de producción que ya no conseguirán nada en la vida, pero al menos se contentarán con que ella lo logre. Ahí están con sus cartelitos, con sus feeling, haciéndonos compañía en la cocina.

Toda una abanderada de los que cobran 1.000 veces menos que sus empleadores, de los que pasan días haciendo cola frente a la oficina de casting para entrar en algún filón, para salvarse a traves de otro que baile.

Todos somos irresponsables de esta mujer T, tanto como ella lo es con su época.

Hubo un tiempo en el que espiábamos a la Coca Sarli, ahora ha llegado el tiempo de bailar con Celina Rucci.

Publicado por lukasnet a las 21 de Junio 2008 a las 10:10 AM

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