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22 de Noviembre 2007
Año X
Me llegó por azar y acá termino de cerrarlo después de una lectura voraz.
No es que acuerde con lo que escribió Hugo Wast hace medio siglo de lo que sucedió hace dos, ni que me haya hipnotizado con una regresión a mi irritante colegio secundario.
Como en aquel instituto san román, este libro chorrea un horrible fluido nacionalista-católico completamente caricaturezco hoy en día, pero que les servía a muchos para sobrellevar la ferocidad con la que se sobrevivía en los setenta.
Lo que realmente me capturó fue el modo de retratar la construcción del mito originario de la Argentina, alrededor de un abogado treintañero: Mariano Moreno.
Es tan diferente al que cuentan las historias oficiales o el mismo Felipe Pigna que sorprende.
Porque aún hoy Mariano Moreno es planteado como el inventor de la democracia argentina, como el primer desaparecido del país, como un gran orador que murió en defensa de sus ideales.
Y el asunto es que el libro de Wast rebate todo con una ingenuidad maravillosa, propia de un católico fanático: del gran abogado orador no hay registros de sus discursos, el demócrata siempre apoyó en sus escritos a la monarquía, el martir murió de una apendicitis luego de mandar fusilar sin juicio a unos cuantos patriotas.
Sencillamente: para construir un nuevo centro de la historia del país (en su caso la figura de un militar como Saavedra) no tiene más remedio que deconstruir al que la historia conservadora había puesto en el centro, es decir a Mariano Moreno.
Supongo que en todos lados debe ser parecido, algun personaje es puesto como héroe mientras el territorio cambia de manos: Filipinas, Mexico, Bolivia, Cuba y Uruguay al menos.
Lo que a años vista podemos reconocer en Wast es la meticulosidad y profundidad conque efectivamente logra voltear a Moreno, aunque después no logre re centrarlo en su héroe.
De alguna manera es como esas películas en blanco y negro que se pueden ver en el Canal Volver, que uno mira más como documentales de cómo se hacía cine en su momento, de cómo eran las ciudades y las costumbres.
Se nota en el tono del texto: Gustavo Martínez Zuviría, que usaba el seudónimo de Hugo Wast, era una personalidad de su época, que había llegado a ser director de la Biblioteca Nacional (como Lugones o Borges) y funcionario de los gobiernos protofascistas.
Está claro que el libro lo escribió a fines de la década del 50, con preocupaciones que venía de décadas atrás, pero volcadas en medio de las pujas entre las facciones azules y coloradas del ejército y de las constantes asonadas contra el gobierno civil. Quizás así se comprenda el encono anticivil de "Año X".
"Los abogados hacen todo mal, lo militares nos salvaron", parece pontificar, antes de una seguidilla de golpes militares que vendrían, parecidos a los que usa metódicamente para derrumbar a Mariano Moreno, a partir del desguace de las memorias que escribiera su hermano Manuel Moreno.
Por momentos es gracioso como amplifica los argumentos favorables y minimiza los débiles, según apoyen o no su hipótesis. ¿No se sigue argumentando así, aunque mas solapadamente?
Sea como fuere el libro virtualizó, problematizó, puso en la discusión, apuntaló el modo militar de controlar la sociedad, una loca forma que llevó al país a un desastre del que aún tenemos que salirnos, bolonki que habría que devolverle a sus ya ancianos creadores.
Wast descascaró la caricatura del mito fundador de un país y demostró involuntariamente que, si nos constituimos como país, fue porque éramos de los puntos más débiles de una España que estallaba sola, más que por el coraje de sus habitantes.
Vaya novedad!
Publicado por lukasnet a las 22 de Noviembre 2007 a las 10:11 PM
Comentarios
Publicado por: jose hamed a las 10 de Diciembre 2007 a las 08:31 PM
Publicado por: Francisco a las 1 de Enero 2008 a las 11:37 PM