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Quizás sea una especie de paralelismo el que me ha deslizado a una lectura tan rápida y gratificante: Weber nació un siglo antes que yo y escribió estos ensayos más o menos a mi edad actual, años mas años menos y ciertamente algunas de las preguntas que él se hacía son las que muchos nos seguimos haciendo.

Otros paralelismos: Argentina sigue siendo tan pobre e injusta como cuando él la visitó, Alemania a su manera también y los humanos seguimos haciéndonos las mismas películas mentales para rechazar la realidad, tal como se presenta a nuestras sensaciones: ayer era la religión, hoy son las marcas.

Weber se preguntaba por el desarrollo social y económico y se encontraba con cosas llamativas: si a un campesino católico polaco se le duplica el sueldo, trabajará la mitad, mientras que si se trataba de un alemán protestante trabajaría el doble. ¿Que lógica ordenaba estas conductas?

Para Weber la ética puritana había moldeado el desarrollo del capitalismo en torno a una paradoja: rechazo a las actividades económicas pero al mismo tiempo a un comportamiento lógico de conseguir el máximo beneficio con el mínimo esfuerzo.

Y una de las cosas que encuentra Weber es el asunto de la "pre-destinación" mezclada con la negociación indirecta con dios. Los católicos habían probado con las indulgencias, a los luteranos les bastaría con los ahorros.

Y mientras leíamos Pekka nos preguntábamos ¿Porqué trabajan/mos tanto? ¿Como se ha ido larvando socialmente este modo de vida? ¿Que lleva a un colectivo, imbuido por el espíritu del hacker, a distribuir sus horas de trabajo en las redes? ¿Cuanta construcción de poder hay en el colaborar, en el competir? ¿Cual es la diferencia de fondo entre imaginar un motor e imaginar una sinfonía? ¿Podríamos vivir sin una ética ficcional?

Y mientras repasaba estas pregunas me acordé de una foto que me atreví a sacar en una iglesia jesuítica de la ciudad de Córdoba.

Por si alguno tiene dudas acerca de los beneficios de rezar...